Barbara McClintock: Vídeo-Podcast Lila 95
«Una científica adelantada a su época que revolucionó el campo de la genética.
Ella es una de las 12 mujeres con Premio Nobel de Medicina, frente a 212 hombres.
Fue galardonada en varias ocasiones y en 1944 fue de las pocas mujeres que entró a formar parte de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Esta semana te acercamos a la historia de Barbara Mac Clintock»
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¿Sabías qué Barbara Mac Clintock fue una científica estadounidense que obtuvo el premio Nobel de Medicina o Fisiología en 1983?
Pues así es….
Barbara McClintock ganó el Nobel después de quedar claro que su trabajo tenía implicaciones en medicina más allá de la Botánica.
El hecho de que ese prestigioso premio se otorgara en solitario a una mujer por sus trabajos en torno a las plantas tuvo una gran repercusión en todo el mundo.
Fijarse en los Premios Nobel es un claro ejemplo del sesgo de género que todavía existe en ciencia.
Hasta mediados de los años cuarenta del S.XX, Barbara Mac Clintock fue considerada como una genetista de prestigio. Pero, por ser mujer, hablaban de ella como de una persona excéntrica y de un temperamento muy particular…
Pero, hagamos un poco de historia….
Barbara McClintock nació en Connecticut, EEUU. Ella fue la tercera hija del médico Thomas Henry McClintock y de Sara Handy, pianista, poeta y pintora aficionada.
Una cosa curiosa…Aunque sus padres la inscribieron como Eleanor, a los cuatro meses de nacer modificaron el registro para cambiarle el nombre por el de Bárbara.
Cuentan que nuestra protagonista era la pequeña de casa y estaba más unida a su padre que a su madre. Ella misma habló de la relación con sus padres y destacó que ambos la habían apoyado pero la relación con su madre había sido siempre más fría.
Barbara tuvo que soportar vivir lejos de sus padres desde bien pequeñita porque veían que no podían hacerse cargo de ella económicamente. Así, con 3 años la enviaron a vivir a casa de sus tíos en Nueva York. Este periodo duró unos años, hasta que empezó a ir al colegio.
Nuestra protagonista se convirtió en una niña independiente y solitaria.
Después de ir al instituto, Barbara McClintock quiso continuar estudios superiores en la Universidad Cornell pero su madre se opuso. No veía con buenos ojos que una mujer fuese a la universidad, ¡ya que eso podría dificultarle encontrar un marido!
Finalmente, con 17 años y apoyada por su padre, consiguió su propósito y empezó a asistir a la universidad. Bárbara McClintock compaginó sus estudios autodidactas con un trabajo en una oficina de empleo.
Se graduó y doctoró en Botánica en 1927 por la Universidad Cornell y lideró el grupo de citogenética del maíz, campo de interés a lo largo de toda su carrera.
Barbara McClintock descubrió en 1921 el ámbito de la genética y a partir de ese momento no se alejó nunca de ese ámbito
Pensaba ahora en la protagonista de nuestro Podcast Lila 73, la genetista Nettie Stevens, otra mujer apasionada que hizo grandes contribuciones en el ámbito de la genética.
En la Universidad de Cornell trabajó varios años y durante esos años fue muy productiva con sus publicaciones científicas.
Como principal objetivo de su trabajo, desarrolló técnicas para visualizar y caracterizar cromosomas de maíz. Este trabajo influenció a toda una generación de estudiantes, y se incluyó en muchos libros de texto.
El año 1931, mediante un innovador trabajo considerado como «uno de los experimentos verdaderamente grandes de la Biología», una desconocida Barbara McClintock, en colaboración con su estudiante de doctorado Harriet Creighton, asombraba a sus colegas.
Tras una meticulosa investigación con plantas de maíz, proporcionaron por primera vez una conexión visual entre ciertos rasgos hereditarios y su base en los cromosomas.
Barbara McClintock obtuvo varios galardones y becas postdoctorales gracias a su extraordinaria producción científica
En 1933, gracias a una beca de la Fundación Guggenheim, estuvo seis meses formándose en Alemania pero debido a la tensión política de entonces, acortó su estancia y regresó a EEUU.
Barbara McClintock obtuvo la plaza de profesora asistente en el Departamento de Botánica de la Universidad de Misuri-Columbia y ya sabéis las pocas mujeres que conseguían esto en aquella época
Justamente por el hecho de ser mujer, Barbara McClintock vivió situaciones molestas. En 1936, apareció en un diario un anuncio de compromiso de una mujer con el mismo nombre que ella en los periódicos. El jefe de su departamento, confundiendo a esta mujer con ella, ¡amenazó con despedirla si se casaba!
Barbara McClintock no estaba satisfecha con su puesto, la excluían de las reuniones de la facultad y no se le avisaba de vacantes en otras instituciones. Y, por aquel entonces, era vicepresidenta de la Sociedad de Genética de Estados Unidos, otro gran logro por ser mujer porque fue la 1ª mujer en ocupar ese cargo.
En 1941 le ofrecieron un puesto de investigadora en el Laboratorio Cold Spring Harbor que pertenecía al Departamento de Genética de la Institución Carnegie de Washington y aceptó. En esa época fue muy productiva en publicaciones científicas.
Barbara McClintock era una mujer apasionada por su trabajo de investigadora
En 1944 la nombran miembro de la Academia Nacional de Ciencias Norteamericana y es la tercera mujer en entrar a formar parte de esta elitista sociedad.
Tras años de investigación, en la década de los 40 llegó al más trascendente de sus logros: el descubrimiento de la transposición, que cambió el concepto del genoma. Este hallazgo fue primordial porque permitió establecer uno de los principales pilares de la genética moderna.
Sus investigaciones ponían de manifiesto que los genes no siempre ocupan el mismo lugar en los cromosomas, sino que pueden cambiar de posición (de ahí el término “genes saltadores”).¡Y todo ello investigando con las plantas de maíz!
Hemos de pensar que, en aquellos momentos, la comunidad biológica estaba totalmente centrada en el estudio de bacterias y virus, y los avances de nuestra bióloga sobre plantas completas les resultaban ajenos y de escaso interés.
Por eso sus investigaciones fueron observadas con escepticismo por parte de sus colegas científicos, lo minusvaloraron y relegaron a un lugar secundario y eso provocó que Barbara Mac Clintock dejara de publicar sus datos en 1953 y se alejara de la élite científica.
La especialización de Barbara McClintock como científica no se valoró pero no le faltó el apoyo de Fundaciones para seguir con su trabajo de investigadora
La National Science Foundation y la Fundación Rockefeller le dieron financiación para estudiar el maíz de Sudamérica y así lo hizo durante unos años.
Su pasión como investigadora era su mundo y aunque en 1967 se jubiló oficialmente, continuó trabajando como científica emérita en el Laboratorio Cold Spring Harbor. Allí permaneció afiliada hasta sus últimos días.
La importancia de su trabajo solo se valoró en su plenitud en la década de los 60 por parte de genetistas franceses. Pero lo más triste es que los libros de texto de Genética no reconocen aún sus enormes contribuciones sobre la regulación genética.
En 1983, décadas después de la publicación de su trabajo y cuando Barbara McClintock tiene 81 años de edad, se valida “oficialmente” su trabajo y le otorgan el Premio Nobel de Medicina
Este premio lo recibió en solitario, hecho muy poco frecuente porque el Nobel en Fisiología o Medicina suele ser compartido por dos o tres ganadores. Aemás, nunca antes se había otorgado por estudios realizados en plantas.
El ámbito de los Premios Nobel ilustra muy bien el mundo en el que vivimos: ha sido entregado 889 veces a un hombre y 58 veces a una mujer. Pocas, ¿verdad?
Os recomiendo aquí nuestro Podcast Lila 8 sobre Rosalind Franklin, genetista.
Barbara McClintock murió en 1992 con 90 años y hasta sus últimos momentos mostró una apasionada resistencia ante cualquier cosa que la distrajese o apartase del principal gozo de su vida: la investigación.
Barbara McClintock, una de las figuras más grandes de la Biología del siglo XX a la que hemos rendido tributo hoy en nuestro Vídeo Podcast Lila.
Y, ¿cómo recordamos hoy en día a nuestra protagonista?
En primer lugar, por su extensa obra científica. Deciros que los elementos móviles, su descubrimiento más destacado, se usan hoy en la Ingeniería Genética y en biomedicina.
Nuestra solitaria y apasionada investigadora fue incluida, en 1986, en la National Women’s Hall of Fame.
En 2005, el Servicio Postal de los Estados Unidos imprimió una serie de sellos postales con su imagen.
Su nombre da vida a diferentes edificios de la Universidad de Cornell, el Laboratorio Cold Spring y una calle del parque científico de Berlín.
Podéis encontrar libros infantiles sobre su figura como «Barbara McClintock: sola en su campo» de Deborah Heiligman, «Barbara McClintock, genetista Premio Nobel» de Edith Hope Fine o «Barbara McClintock» de Mary Kittredege.
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