Cecilia Payne: Vídeo-Podcast Lila 110

«¿Te has preguntado alguna vez de qué está hecho el Universo?

En un tiempo en el que las mujeres no teníamos acceso a la universidad, una valiente mujer desafió las normas establecidas y respond a esta gran pregunta.

Se le negó su descubrimiento por el simple hecho de ser mujer.

Ella desafió el machismo instaurado en la ciencia.

Pasaron años hasta que se admitió que su revolucionario descubrimiento cambiaría nuestra forma de ver el Universo para siempre.

Descubre la fascinante historia de Cecilia Payne, una mujer que desafió los prejuicios de su época y nos reveló de que están hechas las estrellas.”

Biografía Lila de Cecilia Payne 👇👇👇

¿Sabías qué Cecilia Payne fue la primera astrónoma que nos descubrió la composición de las estrellas y del universo?

Pues así es…

El trabajo científico de Cecilia cambió la astronomía para siempre. Ella descubrió de qué elementos se compone el Sol así como otras estrellas.

A principios del siglo XX la comunidad científica rechazó su teoría porque se creía que la composición de las estrellas era la misma que la de la Tierra.

Afortunadamente, hubo una mujer que descubrió que aquella creencia era errónea. Más adelante te lo explico con más detalle…

Su nombre, a diferencia del de otros científicos como Isaac Newton, Albert Einstein o Charles Darwin, ha sido silenciado por la historia porque, ¿te hablaron de ella en la escuela? Probablemente, no.

Además de una gran astrónoma, Cecilia Payne fue una gran luchadora contra la discriminación de las mujeres.  

Se describió a sí misma como «una rebelde contra el rol femenino». Declaró que su verdadera rebelión «estaba en contra de ser pensada y tratada como un ser inferior».

Recordemos una vez más que a las mujeres, de forma absurda e injusta, durante mucho tiempo, no se nos ha permitido estudiar carreras avanzadas. En el momento que se empezó a permitir, se hizo de forma segregada.

Cecilia Payne es otra mujer que, a pesar de las numerosas trabas sociales por el hecho de ser mujer, consiguió su propósito: estudiar y formarse en astronomía.

Llegó a ser una de las llamadas “mujeres computadoras” de Harvard (luego te cuento) y realizó unas investigaciones que, a día de hoy, son fundamentales en ese campo.

Pero, hagamos un poco de historia….

Cecilia nació en Wendover, Inglaterra, el 10 de mayo de 1900 y fue una de los tres hijos de Emma Leonora Helena y del abogado e historiador Edward John Payne, que falleció joven dejando a Cecilia huérfana de papá con 4 añitos.

Con seis años Cecilia asistió a la escuela local de su ciudad natal, Wendover. Por cierto que ella era zurda pero no se le permitió escribir con esa mano…ya sabéis que eso ha pasado durante mucho tiempo…

Más adelante fue al St Mary’s College de Paddington en Londres.

Cecilia era buena estudiante, con 12 años ya hablaba francés y alemán, tenía conocimientos básicos de latín y dominaba la aritmética. También estudió allí geometría y álgebra. Pero en ese centro apenas se dedicaba tiempo a las materias de ciencias que era lo que más le apasionaba.

Por suerte, en la vida siempre aparece esa profesora que te guía y motiva y apareció Dorothy Dalglish, una de las profesoras de ciencias de Cecilia que intentó suplir las carencias de la escuela prestándole sus libros de física y llevándola a museos.

Uno de esos libros fue el Principio de Isaac Newton, un libro importante de física que tradujo Emilie du Chatelet, protagonista de una de nuestras Biografías Lilas.

Cuando Cecilia es ya algo mayor decide continuar sus estudios, pase lo que pase y cueste lo que cueste, y en 1919 ingresa en el Newnham College de la Universidad de Cambridge (colegio universitario para mujeres). Sí, porque ahí se admitía a mujeres pero de forma segregada. Cecilia estudió allí botánica, física y química y una conferencia del astrofísico Arthur Eddington en 1919 la llevó directa hacia la carrera de Astronomía.

Aunque completó sus estudios, no le dieron el grado que le correspondía debido a la discriminación que sufrían las mujeres en aquella época, éstas no tenían ningún título reconocido aunque superasen todos sus estudios. De hecho, en Cambridge no se dieron licenciaturas a mujeres hasta 1948.¡!

En ese momento, Cecilia conoce al astrónomo Harlow Shapley y éste le habla de un programa de becas destinado a mujeres para unirse a un grupo de astrónomas en EEUU.

Así que, viendo que tenía pocas posibilidades de desarrollarse como profesional en Inglaterra, toma una importante decisión: irse a vivir y trabajar en aquello que le apasiona en EEUU. Cecilia pone rumbo a su destino a bordo de un barco con el que cruzó el Atlántico. Un largo y solitario viaje. Nuestra valiente protagonista emprendía una nueva vida. Era 1923.

Una vez ubicada en EEUU, Cecilia se incorpora a la Universidad para mujeres Radcliffe que pertenece a Harvard, la universidad a la que asistió Helen Keller, protagonista de otra de nuestras Biografías Lilas.

A su vez, se incorpora al programa de postgrado en astronomía del Observatorio astronómico del Harvard College, (dirigido en ese momento por Harlow Shapley, la persona que la animaría a escribir su tesis en Astronomía.)

Cecilia entró a formar parte de ese grupo de mujeres astrónomas en Harvard, apodadas como “las mujeres computadoras” o también el «harén de Pickering», (era el DIRECTOR de ese Observatorio).

¿Has oído hablar de las “mujeres computadoras” de Harvard? Similar a las figuras ocultas, ingenieras afroamericanas que utilizó la NASA para poder enviar al hombre a la Luna o a las mujeres descodificadoras de Bletchley Park como Joan Clarke- BIOGRAFÍA lila.

Y es que, más de 40 años antes de que las mujeres conquistaran el derecho a voto, las llamadas mujeres «computadoras» del Observatorio del Harvard College estaban haciendo grandes descubrimientos astronómicos.

Cerca de 80 mujeres que descubrieron galaxias, nebulosas, y crearon métodos para medir distancias en el espacio. En su momento, fueron famosas y, cien años después, fueron completamente olvidadas.

Resulta sorprendente la ironía. Por un lado, a las mujeres no se nos permitía estudiar, se nos apartaba de las carreras avanzadas y, por otra parte, esas mujeres instruídas aportaban un valor FUNDAMENTAL en la investigación científica.

Desde ese Observatorio Astronómico tuvieron la capacidad de ironizar sobre las distintas materias que trataban haciendo representaciones teatrales en las que parodiaban las propias disciplinas científicas. (Pensaba ahora en que bien podía ser un anticipo de la serie Big Bang Theory…)

Cecilia Payne fue la primera en doctorarse en la Universidad de Radcliffe en 1925 con una tesis revolucionaria y fundamental en astronomía. (una disertación sobre “atmósferas estelares, una contribución al estudio de observación de las altas temperaturas en las capas inversoras de estrellas”.)

Esa tesis establecía que los elementos químicos que componen la Tierra (silicio, carbono y hierro) no eran los mismos que los que componían las Estrellas. Cecilia estableció que el Sol y las estrellas se componen de hidrógeno y helio. También estableció que las Estrellas pueden clasificarse según sus temperaturas.

Inicialmente, sus conclusiones fueron rechazadas. El astrónomo Henry Norris Russell se opuso radicalmente a su tesis e intentó convencer a nuestra protagonista para que no presentara esa tesis. Curiosamente, unos años más tarde, éste se percató de la veracidad de los estudios de Cecilia e intentó apropiarse el mérito del descubrimiento.

Bajo tanta presión, ella infravaloró sus propias conclusiones y añadió, en su tesis, que probablemente aquello que exponía era erróneo. Cecilia quería proteger su reputación científica.

Por suerte, estudios posteriores demostraron que Cecilia Payne tenía razón y se demostró que ella fue la primera en descubrir esos avances astronómicos.

La carrera en Astronomía de Cecilia fue brillante y viajó por diferentes puntos del mundo con su ciencia. En uno de esos viajes conoció al que se convertiría en su marido, el también astrofísico Sergei I. Gaposchkin. Cecilia le ayudó a obtener un visado para emigrar con ella a EEUU y huir de la persecución nazi. Lo lograron y se casaron en 1934 y adoptó el apellido Gaposchkin. Trabajaron juntos en investigaciones sobre astronomía estelar. Tuvieron 3 hijos y 1 libro, Variable Stars (1938). Ese no fue el único libro, a lo largo de su carrera escribió más y editó varias revistas científicas.

En 1943, Cecilia es elegida miembro de la Academia de Artes y Ciencias Americana.

Estuvo siempre vinculada a la Universidad de Harvard pero no consiguió un puesto oficial y un salario digno hasta 1956, el año en el que se convierte en la primera mujer-profesora titular y la 1ª mujer en dirigir un departamento en esa Universidad.

El día de 1976 en el que esta apasionada por la investigación recibió el Premio Henry Norris Russell de la Sociedad Astronómica Estadounidense, dijo estas palabras: «La recompensa del joven científico es la emoción de ser la primera persona en la historia del mundo en ver o entender algo. Nada se puede comparar con esa experiencia. […] La recompensa del viejo científico es la sensación de haber visto un vago esbozo convertirse en un paisaje magistral».

En 1966 deja la Universidad pero las estrellas continuaron siendo una parte importante de su vida.  Trabajó en el Observatorio Astrofísico Smithsoniano desde 1967 hasta su fallecimiento que fue el 7 de diciembre de 1979.

Y, ¿cómo recordamos a nuestra protagonista?

En primer lugar, por sus aportaciones científicas sobre el Universo, aportaciones que el propio decano de Harvard, en 2002, reivindicaba en unos actos de homenaje que se realizaron.

Existe un Asteroide con su nombre: Cecilia Payne-Gaposchkin.

Cecilia Payne, una inspiración para muchas mujeres del ámbito científico, mujeres que creen que no serán capaces de comprender los conceptos científicos ni de llevar a cabo grandes hazañas porque así lo han escuchado siempre en casa y fuera de ella.

Vale la pena tener en cuenta estos dos libros. Uno está en su versión inglesa:

What Stars Are Made Of: The Life of Cecilia Payne-Gaposchkin, de Donovan Moore.

Y el otro es este, destinado a l@s pequeños de la casa: Cecilia Payne, de CARLOS FERRAEZ y ITZIAR BARRIOS.

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Premios

Premio Annie J. Cannon en Astronomía (1934)

Lectura del Henry Norris Russell de la American Astronomical Society (1976)

Nombres a objetos estelares en su honor

Publicó varios libros a lo largo de su carrera, entre otros The Stars of High Luminosity (1930), Variable Stars (1938) y Variable Stars and Galactic Structure (1954)