Dorothy L.Eady: Vídeo-podcast-Lila 120

“Del Antiguo Egipto surge un misterio que desafía toda lógica.

¿Una mujer con un pasado extraordinario?, ¿o la reencarnación de un alma ancestral?

Con tan solo 10 años, lo sabía todo sobre el Antiguo Egipto y descifraba jeroglíficos con gran facilidad.

Una mujer que viajó en el tiempo y sintió que había sido una sacerdotisa egipcia.

Descubre la apasionante historia de Om Seti, la mujer de las dos vidas.

Sumérgete con nosotras en el Antiguo Egipto para desentrañar la misteriosa vida de Dorothy Louise Eady.” 👇👇👇

¿Sabías qué Dorothy Louise Eady, alias Om Seti ,fue una egiptóloga inglesa conocida por ser la guardiana del Templo de Abydos de Seti I ?

Pues así es…

Dorothy Eady, alias “Om Seti” (que significa “madre de Seti”), fue la primera mujer que trabajó como dibujante y asistenta de investigación arqueológica en el Consejo Supremo de Antigüedades egipcio durante veinte años.

Nuestra protagonista de hoy dedicó su vida al estudio y la conservación del Templo de Seti I en Abydos, una de las ciudades más influyentes del Alto Egipto, el corazón religioso de Egipto porque era el lugar donde se encontraba la tumba del dios Osiris.

Esta mujer, respetada por egiptológos de todo el mundo, afirmó hasta el final de sus días que ella era la reencarnación de una antigua sacerdotisa egipcia llamada Bentreshyt, que fue amante de Seti, el padre del gran Ramsés II.

Esta extraordinaria historia empieza cuando nuestra Dorothy tiene 3 años y sufre un grave accidente que casi le provoca la muerte, pero eso te lo cuento más adelante….

Dorothy Louise Eady fue una gran egiptóloga, nunca se equivocó al indicar dónde había una reliquia o un tesoro enterrado, y comprendía, escribía y hablaba el idioma antiguo a la perfección.

Pero, hagamos un poco de historia….

Dorothy Louise Eady nació el 16 de enero de 1904 en Londres, Reino Unido, en el seno de una familia católica acomodada de origen irlandés.

Sus padres, Reuben y Caroline, tuvieron a Dorothy como hija única y en ella depositaron todo el amor y la atención.

Cuando nuestra Dorothy tenía tan solo 3 añitos sucedió algo trágico…

La pequeña cayó rodando por las escaleras de casa hasta quedar inconsciente. Sus padres, muy asustados, avisaron al médico y cuando éste llegó, la pequeña ya no respiraba, así que tan solo pudo certificar su fallecimiento…Los papás de Dorothy estában totalmente abatidos, no podían creer lo que había sucedido y cuando iban a despedir al médico, empiezan a oír unos sonidos que provienen de la habitación de la pequeña….De inmediato vuelven a la habitación y….se encuentran a la pequeña revoloteando, jugando y llamando a sus padres.

Algo realmente increíble y milagroso acababa de suceder. Ese era el inicio de una larga aventura….

Desde ese momento, nuestra pequeña empieza a tener unos extraños sueños que la alteran porque no los entiende.

En esos sueños siempre aparecía un gran edificio, lleno de columnas, rodeado de hermosos jardines que estaban repletos de árboles…

Ya con cuatro años, rodeada por sus padres, se puso a mirar un libro del Antiguo Egipto, y se quedó fijamente mirando uno de los dibujos; acto seguido le dijo a su madre: “esta es mi casa.”

Los padres no entendían muy bien qué pasaba, porqué le era tan familiar a su pequeña ese entorno, porqué decía esas cosas y deciden que un día irán de visita al Museo Británico, y allí pasa algo sorprendente…

Dorothy y sus padres están haciendo un recorrido por varias de las salas del Museo y, al llegar a la Sala Egipcia, la pequeña empieza a correr y se dirige a las momias y estatuas que hay ahí para abrazarlas. Sus padres quedan asombrados….¿qué estaba pasando?

La pequeña Dorothy estaba absorta mirando una imagen en ruinas de un templo egipcio y exclamaba: «¡Esa es mi casa!, ¿dónde están los árboles?, ¿dónde está el bonito jardín que había en la entrada? ¡Quiero regresar a mi casa en Egipto!».

Esas figuras e imágenes egipcias que Dorothy Eady estaba viendo daban respuesta a muchas preguntas aunque la vida de nuestra pequeña estaba acompañada de un gran misterio y provocaba una enorme inquietud….

En 1914, con tan solo 10 años, Dorothy empieza a recibir clases de E.A.Wallis Budge, conservador del Museo Británico, quien tradujo la obra “El libro de los muertos”, texto funerario egipcio. Budge le enseña la lengua, la cultura y a descifrar los jeroglíficos egipcios.

Con el estallido de la I Guerra Mundial todo cambia, la guerra cambia el orden establecido de las cosas de una forma abrupta, y las clases que recibe Dorothy se anulan pero ella sigue empapándose de todos los libros que encuentra relacionados con el Antiguo Egipto.

Con 14 años, en plena adolescencia, Dorothy Eady empieza a tener unos sueños reveladores…En ellos se le aparece una extraña figura cubierta con una túnica blanca y una capa azul. Dorothy interpretó quién podía ser: el faraón Seti I, el mismo que mandó construir «su casa», el templo de Abydos.

Desde entonces, y durante diez años, Dorothy recibe mensajes en las noches de Luna llena por medio de la escritura automática, esto es, de una escritura que no proviene de los pensamientos conscientes de quien escribe sino que viene dictado.

Estos mensajes estaban redactados en la escritura jeroglífica de los antiguos egipcios y en ellos se le revelaba aspectos de su vida anterior.

A través de estos mensajes, Dorothy Eady empieza a comprender, maravillada, su auténtica realidad…

Ella vivió 3400 años antes en Egipto, durante el reinado de Seti I, en un entorno muy humilde, convirtiéndose en una sacerdotisa llamada Bentreshyt, que significa «el arpa de la alegría».

Bentreshyt fue amante del faraón Seti I, algo prohibido para una súbdita, y, además, quedó embarazada y a partir de ahí vinieron todos los problemas…

Bentreshyt no pudo soportarlo y se quitó la vida y el faraón Seti, su gran amor, no pudo olvidarla.

Dorothy Eady continúa teniendo sueños reveladores y ahora, además, se le presenta en sueños el propio faraón Seti I.

Todo eso le empieza a provocar episodios de sonambulismo y de enajenación mental, lo que obliga a sus padres a ingresarla por cortas temporadas en un hospital mental.

¿Os imagináis que situación tan extraña y tan dura?

Con 16 años, Dorothy Eady deja el colegio y decide apuntarse al grupo de teatro de su barrio. Así, con el dinero que saca, empieza a coleccionar antigüedades.

Cuando tiene 27 años, decide instalarse en la capital, Londres, para trabajar en una revista de temática egipcia. Ahí escribe artículos y también dibuja cómics a favor de la independencia de Egipto del colonialismo inglés.

En esa revista conoce a Abdel Megid, un estudiante egipcio afincado en la ciudad, con el que posteriormente se casaría, en contra de la voluntad de sus padres.

En 1933 decide partir, con su marido, a Egipto, o como ella decía, “decide volver a casa.”

Dorothy Eady y su marido se establecen en El Cairo y, al poco tiempo, da a luz a un niño a quien llamarían Seti.

Desde ese momento sería conocida por todos como Omm Sety, que significa, la madre de Seti.

Dos años después, su marido recibe una oferta de trabajo en Irak pero Dorothy no quiere acompañarle, no quiere abandonar Egipto, por lo que acaban separándose.

Nuestra valiente y decidida mujer se queda sola y al cargo de su hijo pequeño en Egipto y quiere trasladarse a vivir cerca de las pirámides de Gizah.

Allí conoce a Selim Hassan, arqueólogo egipcio, quien la contrata como secretaria y dibujante del Departamento de Antigüedades Egipcias.

Dorothy Eady se convierte así en la primera mujer que trabaja en ese departamento.

A lo largo de 20 años, trabaja en numerosas misiones arqueológicas, siendo fundamental su colaboración.

Realiza también trabajos de restauración de tumbas en esta zona y redacta entonces el catálogo de las excavaciones del lugar.

Además, Dorothy Eady también realiza tareas de guía porque es la persona que mejor se conoce el lugar.

Finalmente, en 1952 puede por fin viajar a Abydos para re-encontrarse con el Templo de Seti I.

En ese momento se da cuenta de que su lugar está allí, en el templo de Abydos (170 km al norte de Tebas y 480 km al sur de El Cairo), donde estaba convencida de haber nacido y vivido en su encarnación anterior.

Dorothy Eady decide entonces hablar con su superior para comunicarle que quiere instalarse a vivir y trabajar allí.

Por suerte, éste le ofrece un trabajo en Abydos como dibujante y articulista sobre arqueología.

-Os he de decir que recientemente se ha comprobado que ella escribió numerosos artículos que otros arqueólogos publicaban como propios, dejando en un segundo plano el increíble trabajo de investigación arqueológica que ella realizaba. ¡! Otra injusticia….

Dorothy Eady se instala sola (porque su hijo ya se ha independizado), en una humilde morada con los animales como fieles compañeros. Ahora está en su casa o, al menos, eso es lo que ella siente.

Cuentan que Dorothy es una persona extrovertida que tiene buenas relaciones con sus vecinos campesinos y también con los turistas y estudiantes que la visitan.

Y es que Om Seti se ha convertido ya en una leyenda viva, una mujer que ha adquirido un amplísimo conocimiento de las antiguas ceremonias faraónicas, como si de una sacerdotisa del Antiguo Egipto se tratara…

Allí, los sueños prosiguen y, según ella contaba, tenía encuentros nocturnos románticos con el fantasma de Seti I. Un amor que perduraba tras 3 milenios….

Ella continúa teniendo revelaciones que le indican el estado de las ruinas del templo de Seti I, lo que facilita su tarea arqueológica, y los lugares exactos para realizar excavaciones y encontrar restos arqueológicos importantes.

Dorothy Eady cataloga y traduce los bloques grabados del templo de Seti I, de las ruinas, reconstruye las inscripciones, realiza un trabajo impresionante y durísimo de restauración de tres décadas.

-Ese increíble trabajo es el que podemos ver hoy en día en Egipto.

Cuando Dorothy cumple 60 años de edad, debe jubilarse, pero ella no quiere y consigue que el consejo de Antigüedades Egipcias le permita trabajar cinco años más.

Hasta el final de sus días, Om Seti continuó guiando a los turistas por ese templo y contagiando la magia del lugar a todo aquel visitante que allí se acercara.

Nuestra Dorothy Eady murió en Abydos, Egipto, el 21 de abril de 1981 y allí fue donde la enterraron.

Y, ¿cómo recordamos hoy en día a nuestra protagonista?

Bueno, lo primero de todo, hoy podemos contemplar el edificio del Templo de Seti, quizás el más esotérico, extraño y misterioso, prácticamente reconstruido, después de que Omm Sety trabajara durante décadas en la restauración y reconstrucción del monumento.

Deciros también que en 1980, poco antes de morir, Omm Seti participó en dos interesantes documentales de televisión:

«Omm Seti y su Egipto», grabado para la BBC en Abydos, y «Egipto, la búsqueda de la Eternidad» para National Geographic.

Tenemos un libro biográfico que escribió la propia Dorothy Eady con el farmacéutico y viajero Hanni El Zeini, titulado «Abydos, Ciudad Santa del Antiguo Egipto», publicado en 1981.

Otra alma excepcional que hemos querido visibilizar hoy en nuestras Biografías Lila.

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¡Hasta pronto!