ANNIE EDSON TAYLOR: Vídeo- Podcast Lila 129

EE.UU., 1838- 1921

“¿Quién ha dicho que las mujeres no son arriesgadas?

¿Que las mujeres no rompen barreras?

Una mujer intrépida, viuda y sin dinero, demostró que nunca es tarde para reinventarse.

Ella no buscaba fama, buscaba sobrevivir. Y lo arriesgó TODO para lograrlo.

Descubre hoy a la primera persona en enfrentarse a las Cataratas del Niágara…

Esta semana te descubrimos a… Annie Edson Taylor.” 👇

¿Sabías qué Annie Edson Taylor fue una maestra aventurera que, a sus 63 años, logró una hazaña inaudita?

Pues así es…

El 24 de octubre de 1901, en The New York Times, podíamos leer:

«CATARATAS DEL NIÁGARA, N. Y., 24 de octubre. – Una mujer viuda, la señora Anna Edson Taylor, ha saltado con éxito esta tarde sobre las Cataratas del Niágara en un barril. El viaje de extremo a extremo fue presenciado por varios miles de personas.”

Annie Edson fue una mujer valiente y arriesgada. Una mujer que, en 1901, el día que cumplía 63 años de edad (rompiendo otro estereotipo, el llamado edadismo), se convirtió en la primera persona que sobrevivió a una caída intencional, dentro de un barril de madera y cuero, sobre las cataratas del Niágara.

En realidad, unos cuantos aventureros y deportistas de riesgo han utilizado las cataratas del Niágara como escenario, pero muchas de estas aventuras acabaron trágicamente.

Y ella, ¿por qué lo hizo?, ¿qué buscaba con ello?, y, ¿crees que le reportó riqueza?

Te lo cuento en un instante, antes…

Hagamos un poco de historia…

Annie Edson Waring nació el 24 de octubre de 1838 en Auburn, una localidad del estado de Nueva York, en Estados Unidos, en el seno de una familia numerosa de ocho hijos. Sus padres fueron Merrick Edson, propietario de un molino de harina, y Lucretia Waring, madre y cabeza de familia.

Por desgracia, con tan solo 12 años pierde a su padre, dejando a su madre sola al cargo de los ocho hijos. Por suerte, gracias al trabajo de su padre, les quedó dinero suficiente para salir adelante y su madre se encargó de administrarlo.

Annie supo aprovechar bien la formación que recibió, era una buena estudiante, además le encantaba la música y la danza, pero tuvo claro desde pequeña que quería estudiar para ser maestra y lo consiguió.

En la escuela de su localidad, donde empezó a trabajar, conoció al que sería su marido, David Taylor (del que adoptaría su apellido); con él se casó y poco después tuvieron un hijo.

Desgraciadamente, la vida golpeó fuerte a Annie porque, cuando tan solo tenía 25 años, perdió a su marido que falleció en la guerra de Secesión norteamericana, quedándose sola al cargo de su hijo.

Annie tiene que tirar adelante en un mundo de hombres, donde las oportunidades laborales para las mujeres son escasas, donde casi todo nos es vetado… pero ella, a finales del S. XIX, sola y al cargo de su hijo, logra salir adelante.

Primero decide mudarse a Bay City, en Michigan, y allí, con todos sus ahorros, logra abrir una escuela de danza en la que impartía clases. Pero ese no fue el único viaje que haría hasta encontrar su sitio…. también estuvo en San Antonio, Texas, dando clases de danza y música, y llegó hasta Ciudad de México, donde fracasó laboralmente.

En esos ir y venir constantes, Annie Edson tuvo que soportar otro golpe durísimo: perder a su único hijo. Pero Annie era una luchadora, sabía que debía seguir adelante y se mantuvo como pudo, dando clases de danza, de música y ejerciendo de maestra en la localidad en la que residía.

El tiempo pasaba y no lo tenía nada fácil: era mujer, estaba sola y debía mantenerse económicamente.

El año 1900, cuando Annie tiene 62 años de edad, se incendia su casa y lo pierde todo. La desesperación se adueñó de ella y es entonces cuando empieza a dar forma a un sueño loco: dar un salto sin precedentes desde las cataratas del Niágara 👇

Curiosamente, Annie tuvo una vida repleta de cambios, mudanzas, ejerció diferentes roles profesionales, pero ninguna de sus experiencias estaba vinculada a deportes extremos, hazañas o récords mundiales. 

Annie Edson decide arriesgarlo todo en sus últimos años de vida, aunque su aventura no le trajo la riqueza que esperaba (más adelante te cuento). Lo que está claro es que algo, internamente, la movía a hacerlo…

Ella quería ser la primera persona en lanzarse por las cataratas del Niágara, de 52 metros de altura, encerrada dentro de un barril. Era un salto sin precedentes y además, podía ganar dinero con ello. Era, sin duda, una gran hazaña.

Muchos de sus allegados no entendían esa locura, lo sentían como un intento de suicidio… pero ella siguió insistiendo, pues, como pensaba, cualquier cosa era mejor que la indigencia.

Así lo había demostrado años atrás cuando, según relató en sus memorias, le atracaron en Texas poniéndole una pistola en la cabeza y, dispuesta a todo para proteger los 800 dólares que llevaba ocultos en su vestido, exclamó:

Disparad, prefiero estar sin cerebro que sin dinero”.

Annie Edson Taylor logró sacar su proyecto adelante y encargó a una empresa local la construcción de un barril de roble y hierro con el interior acolchado a partir de un diseño realizado por ella misma. Una vez tuvo el barril diseñado, decidió que primero lo probaría su gato… ¡Pobre animal!

Cuando diecisiete minutos después recuperó el barril y comprobó que el animal seguía vivo, estuvo convencida de que todo iba a salir bien. A su vez, eso la motivó a definir los últimos detalles de su propio barril de roble y acero, que fue rellenado con un colchón para amortiguar la caída y oxígeno inyectado artificialmente para que pudiera respirar.

Llegó el momento de buscar a un patrocinador y representante para esta hazaña; lo encontró y buscó la mejor fecha para hacerlo. Con la Exposición Panamericana celebrándose en Búfalo, cerca de las Cataratas del Niágara, Annie Edson vio una oportunidad para ganar atención pública.

El día que cumplía sesenta y tres años, 24 de octubre de 1901, fue el elegido por Annie Edson Taylor para lanzarse en su barril ante la atenta mirada de una multitud de curiosos y periodistas que se habían congregado en la zona.

–Y fijaos cómo son las cosas y el peso que llevamos desde siempre las mujeres con el tema de la juventud… ella había dicho a los periodistas que tenía poco más de 40 años, convencida de que si la creían más joven, tendría mayor poder de convocatoria.–

Así, ante la vista de todos, se metió en el interior del barril y dejó que atornillasen la tapa, quedando el interior totalmente sellado y con aire suficiente para al menos una hora y, tras asegurarse sus ayudantes de que todo se había hecho correctamente, lanzaron el barril al agua.

El barril empezó a moverse, empujado por los rápidos del río, en un viaje aterrador que duró unos veinte minutos en los que giraba constantemente hasta caer desde lo alto.

Con gran expectación, el público la vio salir del barril con una herida en la cabeza y poco más. Y, para sorpresa de muchos, ¡sobrevivió a la fuerte caída!

– First Person to Survive Trip Over Niagara Falls in a Barrel\n\n¿Annie Edson Taylor (1838¿1921)

Poco después, Annie Edson Taylor dijo:

“Sentí como si me estuvieran asfixiando, pero decidí ser valiente. Fue como si estuviera a punto de dar mi último aliento. Quisiera advertir a todo el mundo de que nadie debería intentar repetir la hazaña … Prefiero caminar hasta la boca de un cañón, sabiendo que me iba a reventar en pedazos, antes que hacer otro viaje por las cataratas”.

Aunque logró la fama que buscaba, la fortuna eludió a nuestra aventurera porque su representante escapó con el barril y un alto porcentaje del dinero obtenido. Tremendo, ¿verdad?

Lo que sí pudo es ganar algo de dinero a través de charlas y vendiendo fotografías de sí misma con una réplica del barril, pero gran parte de ese dinero lo empleó en contratar a detectives privados para encontrar a ese ruin personaje, Frank M. Russell, ese bandido que huyó con el dinero que ella había logrado con su hazaña. Por desgracia, a este personaje, ese hombre sin escrúpulos, no lograron encontrarlo.

Annie Edson logró ganar cierta fama y durante un tiempo se la vio por la zona de las cataratas junto a la réplica de su barril, vendiendo a los turistas un folleto en donde relataba su historia, pero poco a poco su figura fue cayendo en el olvido…

Annie Edson Taylor, la señora Taylor, apodada como «la Reina de la Niebla”, pasó meses dando entrevistas y contando su experiencia por medios y teatros.

Hizo todo lo posible para sobrevivir: intentó escribir una novela, participó en una película muda sobre su experiencia, pero no obtuvo demasiado dinero por ella, pensó en saltar nuevamente la cascada, vendió tratamientos terapéuticos magnéticos y hasta trabajó como “clarividente”.

Annie Edson Taylor falleció el 29 de abril de 1921, con 82 años de edad. Sus amigos y admiradores se aseguraron de que fuera enterrada en la sección de «Acrobacias» del cementerio Oakwood en las Cataratas del Niágara, conmemorando así su histórico salto.

Y, ¿cómo recordamos a nuestra protagonista?

Bueno, en primer lugar, si viajas a las Cataratas del Niágara, seguro que encuentras alguna representación de ella y su barril.

Su figura ha inspirado series de tv, obras de teatro, temas musicales y menciones en documentales. Aquí van algunos datos:

El personaje de Annie Taylor aparece en la película de tecnología IMAX Niagara: Miracles, Myths and Magic.

Annie también es representada en un especial de nombre «Conquering Niagara» en el cual la National Geographic documenta todos los saltos que ha habido sobre las Cataratas del Niágara

Legends of the Hidden Temple tuvo un episodio titulado «The Lucky Pillow of Annie Taylor.»

El compositor Michael John LaChiusa escribió un musical de nombre «Queen of the Mist», basado en la vida de Taylor que se estrenó el 18 de octubre de 2011 en el The Transport Group en New York City y que protagonizó Mary Testa como Taylor.​

La historia de Annie Edson inspiró el argumento del episodio «Barrel Bear» de la serie de televisión Wonderfalls.

Chris Van Allsburg escribió un libro para niños llamado «Queen of the Falls» en el cual relata la proeza de Annie.

Annie es retratada en Niagara Falls State Park por Kathleen Ordiway en el tour de nombre «Encounter Niagara».

Otra mujer valerosa que rompió con todos los estereotipos de su época que iban contra las mujeres y se permitió realizar su propia hazaña.