GERDA TARO: VÍDEO-PODCAST-LILA 107

“¿Has oído hablar de Robert Capa? ¿Sabías que detrás de ese nombre hay una mujer?

Una pionera del llamado fotoperiodismo.

A pesar de su corta vida, su talento y coraje la empujaron a vivir intensamente.

Murió en plena batalla pocos días antes de cumplir 27 años.

Ella perdió su vida ejerciendo su labor: documentar el sufrimiento de una zona en conflicto, ponerle rostro al dolor y la barbarie.

Desgraciadamente, su nombre fue silenciado y su obra asignada a su pareja»

Hoy te descubrimos a…GERDA TARO 👇 👇 👇 

¿Sabías qué Gerda Taro fue una brillante fotógrafa especializada en conflictos bélicos?

Pues así es…

Mujer independiente, intrépida, valiente y de gran sensibilidad.

Gera Taro está considerada la primera mujer corresponsal gráfica en una zona en conflicto y la primera que perdió su vida en pleno combate

Algunas de sus fotografías sobre el conflicto bélico español de inicios del S.XX han pasado a la historia de la fotografía y, muchas de ellas, bajo el pseudónimo de Robert Capa.

Pocas personas saben quién hay tras el nombre de Robert Capa…pero, eso te lo cuento más adelante…

Ahora, hagamos un poco de historia…

Gerta Pohorylle (este era su nombre original) nació en 1910 en Stuttgart, Alemania, en el seno de una familia acomodada.

Sus padres eran de origen judío-polaco y de ahí que Gerda tuviese la doble nacionalidad, alemana y polaca.

Cuentan que Gerta era buena estudiante y que brillaba en su dominio de diferentes idiomas.

Siendo adolescente, sus padres quisieron separarla de un amor de juventud y la enviaron a un internado en Ginebra, Suiza, para continuar sus estudios.

A pesar de sus orígenes burgueses, desde su juventud formó parte de movimientos socialistas y obreros. Desde muy niña se rebelaba contra lo establecido.

Os comentaba que el nombre original de nuestra protagonista era el de Gerta Pohorylle, pero se lo cambió más adelante por el de Gerda Taro. Este era un nombre más fácil de pronunciar, con una sonoridad parecida a la del nombre de Greta Garbo, y en honor al pintor callejero japonés Taro Okamoto, que triunfaba en aquella época en París.

En 1929, Gerda y su familia se trasladan a vivir a Leipzig. Ahí empieza a participar activamente en los movimientos en contra del incipiente nazismo en Alemania.

Con tan solo 19 años, es detenida por difundir propaganda contra el gobierno y la trasladan a prisión donde pasa un tiempo retenida.

Gerda Taro se hizo muy popular en la cárcel y supo ganarse el favor de las otras presas. Les enseñaba idiomas, canciones en inglés y se inventó un sistema de golpes para comunicarse con otras reclusas a través de las celdas.

Podemos decir que ideó el primer método de comunicación utilizado en el ala femenina de aquella prisión…una mente ingeniosa.

Por suerte, gracias a la intervención de la embajada polaca, Gerda pudo salir de la cárcel.

En 1933, tras el ascenso al poder del partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (el partido Nazi), tanto Gerda como su familia se ven obligados a huir.

La joven Gerda tiene que separarse de su familia y decide poner rumbo a París con su amiga Ruth Cerf.  

Con 23 años y ya instalada en París, Gerda empieza a trabajar como niñera, camarera y mecanógrafa de un psicoanalista en París. Esa mágica ciudad le permite entablar relaciones con personas contrarias al nazismo.

Un día, su amiga Ruth le dice que va a hacer de modelo para un joven fotógrafo llamado Endré Friedmann y le pide que la acompañe para estar más segura.

Gerda acepta y acompaña a su amiga a ese encuentro y ahí conoce al que se convertiría en su pareja sentimental y de trabajo.

Endré Friedmann le enseñó todo lo que sabía de fotografía y ella…le abrió todo un mundo de posibilidades…

Pero no era una época fácil para abrirse camino profesional, y más siendo mujer.

Además, a él tampoco le llovían los trabajos así que…necesitaban un plan para tirar adelante.

La adelantada visión estratégica y el instinto comercial de Gerda fueron decisivos en su carrera y en la de su compañero: ideó una estrategia para ganar dinero

Podemos decir que Gerda tenía conocimientos propios de lo que hoy llamamos “marca personal” y eso les permitió crear algo potente.

Gerda Taro fue la creadora del mito de la fotografía Robert Capa, una marca tras la que trabajaban ambos

Robert Capa era un fotógrafo ficticio, americano y rico, al que no se podía acceder sino a través de sus representantes, que eran ellos mismos.

Se convirtieron en el equipo creativo y comercial de esa marca que alcanzó un éxito sin precedentes en todo el mundo y cambió la historia de la fotografía. 

  • Sin embargo, es muy probable que, si buscas en Internet Robert Capa, muchas búsquedas te hablen únicamente de su pareja, el también fotógrafo Endré Friedman y no de Gerda Taro.

Nuestra protagonista tenía un instinto natural para la fotografía y, en poco tiempo, consiguió un trabajo como asistente en la agencia de fotografía Alliance Photo.

A través de su trabajo en esa agencia, Gerda Taro consiguió los contactos suficientes para empezar a vender las fotografías del falso fotógrafo Robert Capa… 

En muy poco tiempo, recibieron muchos encargos por los que cobraban un precio muy superior al que se pagaba habitualmente en París por fotografías de ese tipo.  

La primera exposición fue en 1936: había nacido el mito de Robert Capa. 

En 1936, la agencia holandesa ABC Press-Service acredita a Gerda Taro como fotoperiodista y no deja de hacer instantáneas con su inseparable cámara Leica. La etapa más intensa de Robert Capa estaba a punto de comenzar.

En ese momento, se empieza a difuminar la línea que separa el trabajo de los dos fotógrafos. Eso será una constante en su trayectoria en común bajo el pseudónimo de Capa.

En 1936, con el estallido de la Guerra Civil Española deciden acudir sin pensárselo demasiado: querían participar en la lucha contra el fascismo.

«Tengo la necesidad de contar la historia de las miserias anónimas».

Gerda Taro

Estos dos fotógrafos no solo retrataron la primera línea de batalla, sino que quisieron mirar a las zonas de la retaguardia, donde se encontraba la población civil.

Encontraron los rostros de la pobreza, el hambre, la desesperación y el dolor que tan bien reflejaron en sus fotografías

De esa época recordamos la fotografía “Muerte de un miliciano”.

En 1937 sus caminos empiezan a separarse.

Gerda crea su propia marca en solitario, Photo Taro y se instala sola en Madrid.

El diario Ce Soir la contrata como corresponsal gráfica de guerra y publica su primer reportaje en solitario en la revista Regards. Ahí muestra a una población civil masacrada.

La motivación de nuestra fotoperiodista era denunciar con sus fotografías las terribles realidades que la rodeaban para ayudar a cambiarlas. 

Por desgracia, una de aquellas jornadas entre trincheras fue fatídica para ella.

Era el verano de 1937, en la batalla de Brunete.

Ahí, nuestra valiente fotógrafa se dirigía a un pueblo cercano a buscar carrete para su cámara cuando comenzó un ataque aéreo del bando nacional. Gerda cayó a la carretera y, por accidente, fue atropellada por un tanque republicano perteneciente a su convoy.

La trasladaron de inmediato a un hospital de campaña pero no pudo hacerse nada por salvar su vida. 

Nunca pudieron encontrarse las fotografías que hizo ese día con su cámara Leica, también pisoteada por aquel tanque. Aseguran que sus últimas palabras antes de morir fueron: «¿Alguien recogió mi cámara?» 

Por cierto que hace poco tiempo, en Twitter, se publicó una fotografía en la que podemos ver a un doctor que atiende a una joven ensangrentada en una camilla y en esa foto está escrito: «Mrs Frank Capa, Brunete».

Se ha podido documentar que esa mujer era Gerda Taro en su lecho de muerte, y la persona que publicó la foto era el hijo de ese doctor que la atendió. 

Endré Friedmann, pareja de Gerda, descubrió la noticia en un periódico.

Tras un tiempo de desolación, continuó su trayectoria como fotógrafo y siguió utilizando el pseudónimo de Robert Capa.

De ahí que, durante mucho tiempo, se identificase únicamente las fotografías de Robert Capa como las realizadas por Friedmann pero, unos años antes, Gerda hizo muchas de las fotos bajo el sobrenombre de Capa y todavía, a día de hoy, se siguen reivindicando.

Él se convirtió en uno de los mejores fotógrafos de guerra del siglo XX y ella quedó como una nota al pie de su historia: ‘La novia de Capa'».

17 años después de la muerte de Gerda falleció Endré Friedmann. Con él acabó el mito de Robert Capa y de nuestra protagonista pasaron décadas sin que NADIE se acordarse.

Por suerte, a finales de los ochenta del S.XX comenzó a recuperarse su figura con el trabajo del Centro Internacional de Fotografía, fundado por el propio hermano de Endre Friedmann.

Y estarás pensando, ¿cómo pudieron, entonces, recuperarse las fotografías de los años en los que Gerda y Endre fueron Robert Capa

Fue posible gracias a la llamada «maleta mexicana», tres cajas que contenían miles de negativos perdidos de fotografías del conflicto bélico español.

Unos negativos que Friedmann intentó sacar de Francia pero que acabaron en manos del embajador de México.

Después, esas imágenes pasaron a un familiar que era cineasta, Benjamin Tarver.

Este, cuando fue consciente de la relevancia del material, se puso en contacto con el Centro Internacional de Fotografía.

No fue hasta 2007 que se donaron estas fotografías al centro.

De toda esta aventura surgió en 2011 un documental: The Mexican Suitcase sobre esos negativos perdidos.

Actualmente, maleta y negativos están en el Centro Internacional de Fotografía en Nueva York.

Gerda Taro reposa en el famoso cementerio de Père-Lachaise en París. 

Una mujer que permaneció en el olvido durante décadas y quizá aún sea desconocida para muchos.

No lo es, sin embargo, el nombre que ella misma ayudó a crear: Robert Capa.

Te invitamos a compartir esta historia si te ha gustado para ayudar así a que todas estas mujeres tengan el merecido reconocimiento. Y también a suscribirte a nuestro canal en YouTube: Mujeres Lila.

ACTUALIDAD SOBRE GERDA TARO

En 2017 el Ayuntamiento de Madrid puso el nombre de Gerda Taro a una de sus calles.

La ciudad de París hizo lo mismo en 2019 con la nueva Rue Gerda Taro, en el distrito 13.

En 2018, la ciudad de Leipzig nombró un nuevo gymnasium (una escuela de educación secundaria) para 1200 estudiantes en honor a Taro. Ahí podemos ver la exhibición de sus fotografías en exposición permanente.

Fue destacada en el doodle de Google en 2018.

En marzo de 2020, el Museo Reina Sofía de Madrid inauguró una exposición llamada Frente y retaguardia: Mujeres en la Guerra Civil. Por vez primera, tras una ardua investigación que determinó ese veredicto. tres fotografías atribuidas a Endre Friedmann como Robert Capa fueron definitivamente expuestas bajo la autoría de Gerda Taro.

Recientemente, se ha publicado La chica de la Leica, un texto en el que la autora Helena Janeczeck novela la vida de Taro dando mayor visibilidad a su trabajo y su memoria. 

Jane Rogoyska, autora de la biografía Gerda Taro, Inventing Robert Capa (Inventando a Robert Capa).

La novela Waiting for Robert Capa, de Susana Fortes (2011, traducción al inglés de Adriana V. López), es un relato ficticio de la vida de Taro y Capa.