ALFONSINA STORNI: VÍDEO-PODCAST-LILA 111

“Una mujer atormentada desde su infancia que supo transmitir con maestría las emociones más profundas del ser humano.

Una mujer Intrépida que desafió los estereotipos de su época, explorando en sus versos temas como el amor, la sensualidad y la libertad femenina.

Ella desafió las convenciones sociales al convertirse en madre soltera, un acto revolucionario en una época de fuertes estigmas y prejuicios al respecto.

Una voz valiente que abogó durante toda su vida por los derechos de las mujeres.

Descubre la vida, la poesía y el trágico final de una escritora excepcional cuyo impacto dejó una marca imborrable que cambió la literatura para siempre.

Hoy nos adentramos en el maravilloso universo poético de … Alfonsina Storni.”  👇 👇 👇

¿Sabías qué Alfonsina Storni fue una importante escritora de la literatura hispanoamericana?

Pues así es…

Alfonsina Storni es una de las figuras que mejor representa la voz melancólica de la identidad argentina.

Ella desarrolló su carrera como escritora, destacando su faceta poética, también como periodista, escribiendo ensayos y reflexiones muy potentes, y profesora, una labor que le sirvió para ganarse la vida mientras escribía.

Alfonsina Storni fue una mujer sensible e independiente, con las ideas claras y críticas hacia la sociedad patriarcal de inicios del S.XX

De ahí que algunas mujeres la admirasen mientras que otras la consideraban “peligrosa”

Hablaba del deseo femenino y de su derecho de independencia frente al hombre, y, también expresaba constantemente su obsesión por la muerte. 

Alfonsina ansiaba la libertad para todas las mujeres y en su obra invita a la reflexión sobre las desigualdades de las mujeres de su tiempo.

“Cuando se dice feminismo, para aquellas almas, se encarama por sobre la palabra una cara con dientes ásperos y voz chillona. Sin embargo, hoy, no hay una sola mujer que no sea feminista, podrá no querer participar en la lucha política, sin embargo desde el momento que piensa y discute en voz alta las ventajas y los errores del feminismo es ya una feminista, pues el feminismo es el ejercicio del pensamiento de la mujer”.

Alfonsina Storni

Pero la soledad y la marginación hicieron mella en su salud, y su extrema sensibilidad le causó malas jugadas.

Nuestra poeta decidió poner fin a su vida de una forma trágica, algo que, por cierto, su propio hijo intuyó…pero eso te lo cuento más adelante…

Según la licenciada chilena en letras, Elizabeth Richter: “Alfonsina Storni expresó en sus escritos un gran número de estados del alma e ilustró el miedo a través del lenguaje incluyendo la muerte.”

Pero, hagamos un poco de historia…

Alfonsina Storni Martignoni nació el mes de mayo de 1892 en Sala Capriasca, Lugano, Suiza, en donde vivió hasta los 4 años.

Sus padres fueron Alfonso Storni y Paulina Martignoni, y ella fue la tercera de 4 hermanos.

A Alfonsina le pusieron el nombre del padre, y ella misma decía: “Me llamaron Alfonsina, que quiere decir dispuesta a todo.”

Su padre fue un hombre extremadamente melancólico que desde muy joven sufrió de depresión y alcoholismo. 

Su madre era profesora, aunque le hubiese gustado ser actriz, y también bordaba, pintaba y cantaba.

Cuentan que Alfonsina, ya en la guardería, sobresalía como una niña de gran imaginación.

Cuando Alfonsina tiene 4 años, su familia decide regresar a San Juan, en Argentina, pero la situación económica en la que viven es muy dura.

Con siete años nace su hermano Hildo a quien cuidó y protegió.

Dos experiencias de su primera infancia marcarían rotundamente su carácter: las dificultades económicas y el alcoholismo de su padre.

Su madre, que era maestra, vio en Alfonsina una luz especial y decidió escolarizarla siendo la única de sus hermanos en acceder a una educación formal.

En 1901 se trasladan de San Juan a Rosario, en Argentina, y prueban suerte con otro negocio, un “Café Suizo” en la estación.

Alfonsina tiene entonces 9 años y ya tiene que colaborar con las tareas del negocio familiar, limpiando platos y sirviendo algunas mesas. Pero ese negocio tampoco funcionó, el padre de nuestra poeta está hundido, bebe sin cesar y se arrastra sin ningún sentido.

Así que la madre de Alfonsina empieza a trabajar de costurera y Alfonsina decide ir como obrera a una fábrica de gorras.

Al poco tiempo, en 1906, el papá de nuestra poeta fallece.

Alfonsina tiene una válvula de escape: escribe poemas, lo hace desde bien niña y en una de las primeras ocasiones le enseña a su madre uno de sus primeros poemas.

Este poema es triste y está centrado en la muerte, cosa que disgusta a su madre porque ésta quiere que Alfonsina vea la vida de otra forma más alegre.

Así lo escribía Alfonsina Storni:

“A los doce años escribo mi primer verso. Es de noche; mis familiares ausentes. Hablo en él de cementerios, de mi muerte. Lo doblo cuidadosamente y lo dejo debajo del velador, para que mi madre lo lea antes de acostarse. El resultado es esencialmente doloroso; a la mañana siguiente, tras una contestación mía levantisca, unos coscorrones frenéticos pretenden enseñarme que la vida es dulce. Desde entonces, los bolsillos de mis delantales, los corpiños de mis enaguas, están llenos de papeluchos borroneados que se me van muriendo como migas de pan.”

Tras la muerte de su padre, se mudan de casa, su hermana mayor se casa y, poco tiempo después, el marido de esta fallece también y eso le ocasiona a Alfonsina mucha pena…la muerte siempre presente, siempre acechando…

Mientras tanto, tiene que seguir ayudando a su madre en la casa y con las tareas escolares del hermanito.

En 1907 llega a Rosario una compañía de teatro con la que Alfonsina se queda maravillada.

Acude a ver todas las obras que representan y es tal su interés que memoriza los papeles protagonistas. De ahí surge la posibilidad de sustituir a una de las actrices que ha enfermado y…Alfonsina accede.

En ese momento le dice a su madre que quiere ser actriz y que quiere hacer gira con la compañía. Y así lo hace, viaja durante un año con la compañía.

Cuando vuelve de su gira, su madre se ha casado de nuevo y continúa ejerciendo de maestra.

En ese momento, Alfonsina Storni decide que quiere vivir de forma independiente ganándose la vida con su trabajo.

Asesorada por su madre decide acabar sus estudios de magisterio en Coronda.

En la escuela a la que acude combina estudios y trabajo para poder así pagarse su pensión.

Es entonces cuando hace unas escapadas a Rosario y participa en un teatro como corista. Pero el día que uno de los asistentes la vio cantar ahí y la abucheó riéndose de ella la hirió. Eso y que además lo comunicó a su familia.

Alfonsina se sintió humillada y cuentan que ahí ya tuvo una de sus crisis personales.

En 1911, Alfonsina obtiene el título de maestra y ejerce ese otoño en una escuela de Rosario.

Algunos de sus contemporáneas se burlaban llamándola “la maestrita que escribía versos”, pero ella era mucho más que eso.

En esa misma época se pone en contacto con dos revistas literarias en las que empieza a colaborar publicando algunos de sus poemas: Mundo Rosarino Monos y Monadas.

Alfonsina Storni consigue independencia económica como maestra y columnista.

Es entonces cuando se enamora de un hombre casado mayor que ella que la deja embarazada.

Cuando este hombre lo sabe no quiere saber nada y es cuando Alfonsina decide que va a tener a su hijo sola pero lo llevará a cabo en la capital, Buenos Aires. Alfonsina Storni tiene entonces 20 años.

Su hijo Alejandro nace en 1912 y Alfonsina se convierte en una madre soltera, una mujer que lucha contra los prejuicios sociales de la época.

Su poema “La loba” está dedicado a su hijo y dice así: “Yo soy como la loba / quebré con el rebaño”. “Yo tengo un hijo fruto del amor, / de amor sin ley”.

Para tirar adelante, Alfonsina trabaja duro como cajera en una tienda y lo combina con otro trabajo de oficinista.

Y es que encontrar trabajo, a principios del S.XX, no era una tarea fácil para una mujer. Ella misma recuerda que cuando se presentaba a estos trabajos entre centenares de solicitantes, ella era de las pocas mujeres en participar.

En esa oficina dicta su primer libro de versos, La inquietud del rosal, un libro que, como ella misma expresó, lo escribió para no morir.

En sus páginas deja en evidencia el dolor, la desolación y el abandono que la acompañaban desde la más tierna infancia, y en cómo la poesía se convirtió en su gran refugio, la única coartada frente a la muerte.

Hablemos ahora un poco de su POESÍA…

En la poesía de Alfonsina Storni podemos encontrar muchísimas imágenes críticas respecto a la relación que los hombres establecen con las mujeres.

Su obra engloba su universo emocional, aborda lo cotidiano y deja de lado recursos artificiales.

En su poesía canaliza las brutales experiencias que el mundo adulto le iba poniendo a cada paso, entre ellas, ser mujer en un mundo de hombres.

Dos de sus poemas más conocidos, «Hombre pequeñito» y «Tú me quieres blanca», son una prueba de ello.

«Hombre pequeñito» se refiere de forma irónica a todos aquellos hombres que desean mantener a las mujeres en un lugar restringido. Dice así:

“Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
Suelta a tu canario que quiere volar…
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
Déjame saltar.

Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
Hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
Ni me entenderás.

Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
Ábreme la jaula que quiero escapar;
Hombre pequeñito, te amé media hora,
No me pidas más.”

En otro de los poemas de Alfonsina nos encontramos una visión mucho más desenfadada. Ya no sufre por el juicio público. Se trata del poema: ¿Qué diría?

“¿Qué diría la gente, recortada y vacía,
Si en un día fortuito, por ultrafantasía,
Me tiñera el cabello de plateado y violeta,
Usara peplo griego, cambiara la peineta
Por cintillo de flores: miosotis o jazmines,
Cantara por las calles al compás de violines,
O dijera mis versos recorriendo las plazas,
Libertado mi gusto de vulgares mordazas?

¿Irían a mirarme cubriendo las aceras?
¿Me quemarían como quemaron hechiceras?
¿Campanas tocarían para llamar a misa?

En verdad que pensarlo me da un poco de risa.”

La voz de Alfonsina Storni empieza a recorrer todos los escenarios del ámbito literario, y grandes figuras de la poesía del momento la nombran con admiración y cariño.

Ella se convierte en una de las primeras mujeres en formar parte de los circuitos literarios de principios del S.XX

Conoce por aquél entonces al escritor uruguayo Horacio Quiroga quien se convertiría en un gran amigo para ella.

También conoce a Gabriela Mistral, protagonista de una de nuestras Biografías Lila, que quedó gratamente sorprendida por el talante y talento de nuestra Alfonsina.

Y es que junto a la chilena Gabriela Mistral y la uruguaya Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni conformó el grupo de escritoras reconocidas en la literatura de América.

Unas mujeres que lograron, pese a todas las dificultades, ocupar un lugar de reconocimiento. Ellas pusieron en palabras la inmensa dificultad que supone ser mujer en un mundo de hombres.

Alfonsina Storni pasó a ocupar un lugar destacado en el panorama literario hispanoamericano por la fuerza con que aparece en sus versos la afirmación de una mirada femenina sobre el mundo

Entre 1919 y 1921 colabora en el Diario La Nación con artículos periodísticos reclamando a través de sus textos un lugar igualitario para las mujeres. Ella quiere que sus lectoras reflexionen.

Su universo poético se va haciendo cada vez más grande, logra publicar diversos libros que la crítica ensalza y premia.

Participa de la creación de la Sociedad Argentina de Autores.

La revista Nosotros, que lideraba la difusión de la nueva literatura argentina, publica en 1923 una encuesta en la que pregunta: «¿Cuáles son los tres o cuatro poetas nuestros, mayores de treinta años, que usted respeta más?». Alfonsina Storni fue uno de los nombres elegidos.

Sí, nuestra poeta se hace conocida y admirada, con treinta y pocos años, es considerada una de las Maestras de la poesía Nacional pero sigue teniendo problemas económicos y su estado de ánimo fluctúa, los nervios la traicionan.

Decide entonces retirarse a Los Cocos como hará más adelante en su vida varias veces.

En la década de los treinta del S.XX viaja a Europa, conoce a otros grandes poetas como Federico García Lorca o Ramón Gómez de la Serna.

Pero tras la vuelta de ese viaje, se descubre un bulto en el pecho. Esto empieza a inquietarla hasta que decide ir al médico y este le comunica que ha de practicarle una cirugía tremendamente dura para una mujer: la mastectomía. Esto provocará unas cicatrices físicas y emocionales enormes en ella.

Su carácter cambia, ya no visita a sus amistades y le cuesta enormemente admitir sus limitaciones físicas. Alfonsina Storni se retrae y apenas sale a la calle.

A partir de ahí, la terapia que le proponen es muy dolorosa y traumática y decide que no va a exponerse a ella.

Durante esos años, Alfonsina afronta varias pérdidas.

Su amigo del alma, Horacio Quiroga, se quita la vida y un año después, la hija de éste. Poco tiempo después, hará lo mismo su amigo Leopoldo Lugones.

El tema de la muerte lo manifestó de varias formas: temor, rebeldía, aceptación, amor y por último la entrega.

Aún y así, en su último año de vida, en 1938, accede a participar en el homenaje que la Universidad de Montevideo brinda a las tres grandes poetas de América: Gabriela MistralJuana de Ibarbourou y ella misma (las puedes ver en esta foto) 👇

Cuentan que Alfonsina escribió su conferencia durante el trayecto y lo hizo sobre una maleta que apoyó en sus rodillas. De ahí el título de la misma: «Entre un par de maletas a medio abrir y las manecillas del reloj».

La conferencia de Montevideo fue un presagio: las maletas estaban a medio cerrar y el reloj apuraba su marcha…

La propagación del cáncer que padece, los dolores físicos que le provoca y el impacto que tiene la enfermedad en su estado de ánimo la llevan a tomar una decisión.

Alfonsina Storni decide partir hacia Mar del Plata para pasar allí sus últimos días. Pero esa es una decisión secreta porque a su hijo y allegados les dice que va allí a descansar.

Así pues, en la estación de trenes de Constitución se despide de su hijo. Le pide que le escriba, ella lo hará y así mantendrán el contacto.

Una vez instalada en Mar del Plata, Alfonsina empieza a notar como esos dolores no le permiten casi ni escribir. La decisión está tomada.

En la madrugada del 25 de octubre de 1938, Alfonsina Storni abandona su habitación y se dirige a la playa La Perla en Mar del Plata.

Curiosamente, esa misma noche, su hijo Alejandro no puede dormir. A la mañana siguiente, decide llamar a la dueña del hotel donde se aloja su madre para saber si su mamá está bien y allí le dicen que todo está bien, lo único es que esa mañana, al no abrir la puerta, no quisieron molestarla y la dejaron descansar…

Pero la realidad era otra. Alfonsina Storni había decidido partir. Se dirigió a la playa y dejó que fuese el mar el encargado de acunarla profundamente.

Por la mañana, dos obreros encontraron el cuerpo de una mujer en la playa. Era el cuerpo sin vida de Alfonsina Storni. Tenía 46 años y había decidido poner fin a su vida en el océano.

Su hijo había intuido que algo no iba bien pero no tuvo confirmación de la noticia hasta que escuchó la noticia por la radio.

Alfonsina dejó una carta para él, un poema titulado “Quiero dormir” para publicar en el Diario La Nación y una declaración para la Policía, pidiendo que no se culpara a nadie de su muerte.

Sus últimas notas decían: “Si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…”

Y, ¿ cómo recordamos hoy en día a nuestra protagonista?

Por sus libros, evidentemente, de los que os damos más detalle en nuestra web (mujereslila.com) y por libros biográficos.

Un libro quemado, publicado en 2016 por Editorial Excursiones es una antología de artículos publicados por Storni entre 1919 y 1921, en la revista La Nota y el diario La Nación. 

Libro de Josefina Delgado, Alfonsina, una biografía esencial (2001),

Varias calles en localidades de Argentina llevan su nombre y también en España, en concreto en la localidad de Santander.

Por películas, como la de Kurt Land de 1957 protagonizada por Amelia Bence.

Por temas musicales, uno de ellos inolvidables como es el tema “Alfonsina y el mar”, de Ariel Ramírez con la interpretación de Mercedes Sosa, “la Negra”.

También se han musicado muchos de sus poemas.

Google le dedicó a la autora uno de sus tradicionales doodles el 29 de mayo de 2018 al cumplirse 126 años del nacimiento de Alfonsina Storni

Y si viajamos a Argentina, en concreto a Mar del Plata, podremos ver el monumento de piedra que se le dedicó.

Otra mujer con una historia poderosa, una mujer que logró ser reconocida en un mundo de hombres por su escritura y sus ideas.

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