Amelia Earhart: Vídeo-Podcast-Lila 113

“La primera mujer que cruzó el Atlántico sola en su avión.

Una mujer valiente y decidida con un deseo inquebrantable de alcanzar lo imposible.

Una intrépida PIONERA que desafió los límites y se convirtió en un símbolo de empoderamiento.

En una era dominada por los hombres, ella se convirtió en un ídolo nacional y en una sensación que rivalizaba con las estrellas de Hollywood.

Cuando iba a conseguir otro récord mundial, a punto de finalizar su vuelta al mundo, se perdió todo contacto con su avión.

Su desaparición sigue siendo uno de los mayores misterios del S.XX

Acompáñanos en este viaje a explorar la leyenda y la misteriosa desaparición de Amelia Earhart.” 👇👇👇

¿Sabías qué Amelia Earhart fue la primera aviadora que, a inicios del S.XX,  voló sola a través del Océano Atlántico?

Pues así es…

Nuestra protagonista de hoy es una mujer que consiguió su propósito, en este caso el de “vagabundear por el aire”, como ella misma decía,

Amelia consiguió lo que otros no habían conseguido.

Ella se hizo famosa mundialmente por su espíritu aventurero, un espíritu que la llevó a protagonizar algunos de los hitos más importantes de la aviación en la época.

«La aventura vale la pena en sí misma.»

Amelia Earhart

Photograh, «Amelia Earhart deep sea diving off Block Island».

Además de establecer muchos récords en el ámbito de la aviación, fue una de las primeras aviadoras en promover los viajes aéreos comerciales.

Escribió libros superventas sobre sus experiencias de vuelo y fue fundamental en la formación de The Ninety-Nines, organización para mujeres pilotos.

Aún y así, fijaos en las pocas mujeres pilotas de avión que hay en la actualidad…al final de nuestro Vídeo-Podcast os doy más datos.

Por encima de todo, Amelia Earhart reivindicó la figura de la mujer en el mundo de la aviación.

Su idea era demostrar la validez, las capacidades innatas y la necesaria independencia de la mujer, y lo consiguió.

Desgraciadamente, su misteriosa desaparición, de la que luego te hablaremos, deja en el aire la historia de una mujer con carisma y determinación.

Pero, hagamos un poco de historia….

Amelia Earhart nació el 24 de julio de 1897 en Kansas, EEUU, y dos años después nació su hermana Muriel.

Sus padres eran Samuel “Edwin” Stanton Earhart, abogado y Amelia Otis.

El abuelo materno de Amelia era juez y jamás aceptó la relación de su hija con el marido que eligió.

Nuestra pequeña, durante su infancia, estuvo rodeada de problemas familiares. Por una parte, su padre no contaba con una estabilidad laboral y además tenía problemas con el alcohol. De ahí que buena parte de su infancia la pasara con sus abuelos maternos.

Amelia Earhart mostraba desde bien pequeña una personalidad inquieta y audaz.

Ella era sociable y despierta, le encantaba leer y se involucraba en actividades “atribuidas a los chicos y no permitidas a las chicas”. ¿Qué actividades eran esas? Pues escalar árboles, deslizarse en trineo y disparar escopetas de aire comprimido.

Además, cuentan que suplicaba a Papá Noel que no se olvidara de sus balones y raquetas. También le gustaba reunir recortes de periódicos en los que salían mujeres famosas que sobresalían en actividades tradicionalmente protagonizadas por hombres.

-Y es que, ya desde bien pequeños, mostramos rasgos que nos diferencian….-

Así lo expresa en su libro de memorias titulado “Por el placer de hacerlo”:

“Por desgracia crecí en una época en la que se esperaba que las niñas se comportaran solo como niñas”.

Amelia Earhart no era una niña convencional y lo sabía…

En 1905, cuando Amelia tiene siete años, su familia se muda a (Des Moines) Iowa por el nuevo empleo de su padre.

Cuando tiene diez años, tiene la oportunidad de ver su primer aeroplano en una feria estatal y queda prendada…

Pero, como os decía antes, la familia de Amelia no disfrutaba de estabilidad.

Su padre, sumido en el alcoholismo, es despedido de su trabajo con lo que vuelven a mudarse. Poco tiempo después, cuando Amelia tiene 12 años, vive un duro momento: pierde a su abuela materna con quien tanto había convivido.

En la nueva ciudad en la que viven, su padre vuelve a perder su empleo.

Eso provoca el rechazo de su madre quien decide separarse y llevarse a las niñas (Amelia y su hermana Muriel) a Chicago.

Los viajes constantes, la inseguridad económica y los esfuerzos maternos por proporcionar un entorno afectivo seguro forjaron el carácter de nuestra protagonista.

Amelia pudo cursar estudios superiores en la Universidad de Columbia y cursos de verano en Harvard.

Hacia el final de la Primera Guerra Mundial (1914-18) decide enrolarse junto a su hermana como voluntaria en labores de enfermería en la ciudad de Toronto, Canadá. Allí atiende a los pilotos heridos en combate.

Según sus propias palabras: “Allí fue donde me picó el gusanillo de la aviación.”

En 1920 Amelia se reúne nuevamente con su familia en California y allí asiste a un espectáculo aéreo en Long Beach y queda fascinada con lo que ve.

Un día, gracias a su tenacidad y determinación, consigue que la lleven a bordo de un avión biplano en el que vuela durante diez minutos sobre Los Ángeles.

Amelia Earhart dijo después:

«Cuando ascendí hasta los sesenta o noventa metros supe que tenía que volar«.

En contra de los deseos de su familia y teniendo en cuenta que ese era un mundo tradicionalmente asociado a los hombres, Amelia Earhart decidió que quería volar y aprendió a volar.

Amelia Earhart no estaba dispuesta a aceptar el papel al que su época la había destinado por el mero hecho de ser una mujer.

En 1921 juntó todos sus ahorros y se apuntó a las clases de la pionera Neta Snook, primera mujer en tener su propio negocio de aviación.

Pensar que en los años 20 (del S.XX) pilotar un avión no era como ahora, en pleno S.XXI, sino que era relativamente sencillo, bastaba con cinco horas de vuelo previo. No era necesario licencia, ni informes médicos, ni ninguna burocracia adicional. Lo único imprescindible era ser dueña de tu propio aparato.

Amelia se hizo con un aeroplano amarillo de segunda mano al que llamó El Canario.

Con éste sufrió algún que otro accidente, cosa común en esa época por la poca fiabilidad de los motores y la lentitud de las aeronaves.

Un año después, en 1922, nuestra aventurera consigue su primer récord de altitud al volar a 4267 metros de altura.

“Lo más difícil es la decisión de actuar, el resto no es más que tenacidad. Los temores son tigres de papel. Podemos hacer cualquier cosa que decidamos hacer. Cualquiera puede actuar para cambiar y controlar su vida y el procedimiento porque el proceso es su propia recompensa.”

Amelia Earhart

En 1923, Amelia Earhart consigue de forma oficial la licencia de la Federación Aeronáutica Internacional.

En ese momento, en el mundo, sólo había 15 mujeres con ese título. La primera en conseguirlo fue Harriet Quimby y la otra, Helene Dutrieu, protagonista de nuestro PODCAST LILA 09.

Durante unos pocos años, Amelia tiene que ahorrar para poder seguir volando.

Decide probar un automóvil, al que llamó “The Yellow Peril” (‘el peligro amarillo’) con el que hizo una ruta a través de EEUU

Pero su principal vinculación y propósito sigue estando ligado al mundo de la aviación y al papel de las mujeres en él.

Un día, Amelia recibió una llamada que le cambiaría la vida: “¿Le gustaría volar sobre el Atlántico?», a lo que Amelia os podéis imaginar qué respondió….

En 1928 Amelia Earhart se convirtió en la primera mujer en cruzar el océano Atlántico a bordo de un aeroplano.

Desgraciadamente, ella no era la piloto, no la dejaron pilotar y realizó esa travesía como pasajera. En palabras de la propia Amelia, se sintió como un “saco de patatas”.

Y es que se trataba de un montaje publicitario para llamar la atención POR la participación de una mujer y…lo consiguieron. Amelia Earhart se convirtió en una sensación mundial.

Pero, fijaos lo que sucedió… Los dos pilotos de esa travesía se llevaron unos cuantos miles de dólares por la gesta. Sin embargo, Amelia no recibió nada, consideraron que la experiencia ya era suficiente. ¡! Las mujeres y el papel de becarias en la historia….

Amelia Earhart quiere demostrar que una mujer es capaz de realizar todo lo que se propone y ese mismo año realiza varios vuelos en solitario a través de Estados Unidos.

Su valentía y determinación la llevan a convertirse en una estrella y asesora para muchas familias que ven como sus hijas quieren ser como ella.

El diario Boston Globe la reconoce ya como una de las mejores pilotas de Estados Unidos.

A partir de ahí, en 1929, organiza el primer Derby aéreo para mujeres (conocido como el «Powder Puff Derby»). Más adelante funda una organización de mujeres pilotos (Las noventa y nueve en su habitación de hotel en Cleveland pues incluía a 99 miembros) y trabaja como relaciones públicas en una compañía aérea (la compañía «Transcontinental Air Transport», actualmente «TWA»).

Amelia Earhart perseguía la idea de defender la incorporación de las mujeres al ámbito de la aviación.

Por esa época, conoce al publicista George Putnam quien se convertiría en su marido pero, eso sí, mantuvo su apellido de soltera. Con él logró publicar su libro Veinte horas, cuarenta minutos.

En ese momento de su vida, Amelia siente que es el momento de hacer un vuelo sola por el Atlántico y…dicho y hecho…

Amelia Earhart consigue otra de sus proezas: en 1932 realiza en solitario una travesía por el Atlántico, algo que no se había vuelto a hacer desde 1927.

De vuelta a Estados Unidos, Amelia es recibida como una heroína.

El Congreso de Estados Unidos le otorga la Cruz Distinguida de Vuelo, la primera otorgada a una mujer. También se la condecora con una medalla de la National Geographic Society.

Todo el mundo habla de ella, incluso rivaliza con las estrellas de Hollywood.

Establece amistad con Eleanor Roosevelt, otra de nuestras protagonistas (podcast lila 66)

Pero nuestra protagonista quería conseguir otro logro…

Quiere realizar un vuelo en solitario a través del Pacífico, desde Hawái a California. Diez pilotos lo habían intentado y murieron…pero eso no la frenó y Amelia Earhart, en 1935, realizó ese vuelo con éxito y se convirtió en la primera pilota en completar con éxito este difícil viaje sobre aguas del Pacífico.

A finales de 1935 establece…un nuevo récord de velocidad, volando sin escalas entre Ciudad de México y Nueva York en algo más de catorce horas. ¡Cuántas hazañas! Increíble, ¿verdad?

A Amelia Earhart todavía le quedaba un gran viaje por realizar: uno alrededor del mundo utilizando una ruta distinta a la habitual en estas travesías aéreas, lo haría siguiendo la línea del ecuador. Esa se convertiría en la trágica travesía alrededor del mundo…

En esta ocasión, Amelia iría acompañada por Fred Noonan, un experimentado piloto y por dos técnicos.

Ese viaje partió el mes de marzo de 1937 pero, al poco de iniciar el trayecto, tuvieron un accidente que provocó el cambio de aeroplano…quizás se le estaban dando señales de que aquello podía ser peligroso…

A partir de ahí decide continuar su hazaña con su aeroplano bimotor, el Lockheed Electra pero solo con el capitán Fred Noonan.

Volaron desde Miami (Florida) hasta Sudamérica, de allí a África y posteriormente a las Indias Orientales, lugar al que también llegó otra de nuestras protagonistas: Aurora Bertrana, Podcast Lila 56

Sobrevolaron medio planeta con las correspondientes paradas y en una de esas últimas paradas Amelia enfermó de disentería; a su vez, concedió una entrevista al Herald Tribune antes de partir en esa penúltima etapa del viaje…y mandó los paracaídas de regreso porque, según ella, no serían necesarios en lo que restaba del viaje….premonitorio, ¿verdad?

Amelia enviaba cartas a George, su marido, y en una de ellas le escribió:

«Por favor, debes saber que soy consciente de los peligros, quiero hacerlo porque lo deseo. Las mujeres deben intentar hacer cosas como lo han hecho los hombres».

Tras haber completado 33.000 kilómetros en treinta días, a punto de batir el récord, el avión de Amelia Earhart desapareció en medio de un temporal el 2 de julio de 1937 antes de llegar a la isla Howland.

En ese momento realizaban la penúltima etapa del viaje, que habría de llevarles desde Lae (Nueva Guinea) a la isla Howland, junto a Australia.

En esa penúltima etapa se perdió todo contacto con su avión y, a partir de ahí…todo es un misterio….y las diferentes versiones sobre su pérdida son innumerables y, alguna de ellas, asombrosas.

Durante 16 días se realizó una exhaustiva búsqueda en la zona pero…no obtuvieron resultados y, 1 año y medio después, la versión oficial dictaminó que, por falta de combustible, el avión cayó sobre el Pacífico antes de llegar a la isla y sus tripulantes probablemente fallecieron en el Pacífico. Amelia Earhart tenía solo 39 años.

Su marido buscó más ayuda para continuar la búsqueda, pero las esperanzas de encontrarlos fueron ya inexistentes…

Como os decía, hay muchas teorías acerca de su final y el de su compañero, así como también hay expediciones en búsqueda de sus restos.

Os recomendamos aquí el documental: “Expedición Amelia Earhart” de National Geographic, en la que se explica la hipótesis que sostiene que Amelia y el otro piloto realizaron un aterrizaje de emergencia y que sobrevivieron como náufragos unos 3 años en la isla Nikumaroro.

Y es que se recibieron llamadas de socorro detectadas días después y además, en esa isla, se encontraron restos de un zapato similar al de Amelia, botones, una cremallera de chaqueta de aviador e incluso placas de aluminio de un avión.

Siendo así, se habría terminado el misterio de una de las tragedias aéreas más extrañas de la historia pero…no es así porque todos los estudios no llevan a las mismas conclusiones…

-se habla de la conexión entre su desaparición y el triángulo de las bermudas

-y menos apoyo tiene la teoría de que Amelia Earhart y su copiloto se dirigieron a las Islas Marshall, dominadas por los japoneses. Allí fueron capturados como espías y ejecutados, o bien, tras una serie de negociaciones con Estados Unidos, llevadas en secreto para evitar un conflicto diplomático, se les permitió regresar a su país con identidades falsas.

Poco después de su desaparición, el marido de Amelia Earhart publicó un libro basado en el diario de vuelo de su último viaje.

Su hermana Muriel pasó décadas biografiando la vida de Amelia y administrando su legado.

El reto que quería llevar a cabo Amelia lo consiguió la pilota estadounidense Jerry Mock (abajo en la foto) en 1964 pero su logro casi pasó desapercibido porque el mundo estaba más pendiente de la carrera espacial.

A día de hoy aún se especula con lo que pudo pasar y dónde se produjo el accidente si es que hubo uno…

Las investigaciones y el interés público significativo en su desaparición aún continúan más de 80 años después. Su muerte sigue siendo un misterio por resolver…

Y, ¿cómo recordamos hoy en día a nuestra protagonista?

Un faro fue construido en 1938 en la isla Howland en su honor.

Décadas después de su presunta muerte, Amelia Earhart fue incluida en el NAHF-Salón de la Fama de la Aviación Nacional (en 1968) y en el Salón de la Fama Nacional de la Mujer (en 1973)

En 2009 se estrenó la película Amelia basada en la vida de Amelia Earhart, dirigida por Mira Nair y protagonizada por Hilary Swank en el papel principal.

Ahora tiene varios monumentos conmemorativos nombrados en su honor en los Estados Unidos, también tiene un planeta menor, una corona planetaria y un cráter lunar recién descubierto que lleva su nombre.

Por cierto, como os comentaba al principio, el mundo de la aviación no ha cambiado mucho para la mujer. Fijaos: de los casi 700 mil pilotos que hay en el mundo, se calcula que solamente el 8.4% son mujeres (58,541 para ser exactos.)

Una mujer valiente que ocupa un lugar destacado en la historia de la aviación.

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