Irena Sendler: Vídeo-Podcast Lila 102

“Una heroína contra los nazis.

Una mujer valiente que consiguió salvar la vida a más de 2500 niñas y niños judíos del exterminio nazi.

Por esta gran hazaña soportó terribles torturas y fue sentenciada a muerte pero, milagrosamente, logró escapar de ese destino fatal.»

Esta semana te descubrimos a Irena Sendler, el ángel del gueto de Varsovia 👇 👇 👇

¿Sabías qué Irena Sendler fue una enfermera y trabajadora social polaca que sirvió en la resistencia de su país durante la Segunda Guerra Mundial?

Pues así es…

Irena Sendler fue una mujer valiente que heredó la vocación de ayuda a los más desfavorecidos directamente de su padre.

Su papel heroico fue fundamental para salvar vidas durante el Holocausto.

Su alma noble y aventurada luchó por las vidas de miles de niños judíos que estaban condenados a morir sin miedo a perder la suya.

«Cada niño salvado con mi ayuda es la justificación de mi existencia en esta Tierra, y no un título de gloria»

Irena Sendler

La historia de esta heroína cayó injustamente en el olvido tras haber salvado la vida a más de 2500 niñas y niños

No fue hasta el año 1999 cuando su historia fue recuperada gracias a un hecho casual.

Pero, hagamos un poco de historia…

Irena Krzyzanowska, nació el 15 de febrero de 1910, en Varsovia, Polonia y fue hija única.

Sus padres eran Stanislaw Krzyzanowska y Janina Karolina Grzybowska eran polacos católicos.

Desde bien pequeña, Irena convivió con valores nobles como el de la solidaridad, el amor y el respeto a los demás.

Desgraciadamente, Irena se quedó sin padre siendo bien niña. Tenía 7 años cuando su padre, médico de profesión, falleció de tifus.

Esa enfermedad contagiosa la contrajo al estar en permanente contacto con pacientes a los que ningún médico quería atender, ya fuese por motivos raciales, religiosos o por miedo a contagiarse.

La entrega hacia los demás la aprendió directamente de su padre.

Tras esa terrible pérdida, los líderes de la comunidad judía se ofrecieron a pagar los estudios de enfermería de Irena.

Nuestra protagonista, mujer intelectualmente muy inquieta, aprovechó sus estudios en la Universidad de Varsovia para hacer algunos cursos de derecho y de literatura.

Allí destacó por su oposición a la política de discriminación que se introdujo en 1935 contra los judíos, a los que se obligaba a sentar en bancos separados.

Por ese motivo se unió al Partido Socialista Polaco (PPS) y por esas protestas, la Universidad de Varsovia decidió suspenderla durante tres años.

En 1931, con 21 años, contrae matrimonio con Mieczyslaw Sendler y de ahí adopta el apellido. Curiosamente, con este hombre se casó 2 veces, o sea, se divorció de él en 1947 y en 1961 se volvió a casar con él.

Pero Irena tuvo otro marido, Stefan Zgrzembsk con el que fue madre de tres hijos: Janina, Andrzej y Adam.

Irena Sendler trabajó en diversas entidades de ayuda social del Departamento de Bienestar y Salud Pública de Varsovia. Trabajó como enfermera y trabajadora social en comedores comunitarios. Allí alimentaban a personas que lo necesitaban y les conseguían techo, ropa y medicamentos.

Irena Sendler

Irena Sendler había decidido dedicar su vida a los demás

El horror invadió esa ciudad con la instalación del Gueto de Varsovia que los alemanes crearon en 1940, el más grande de Europa. Un infierno en la tierra que llegó a aislar de forma infrahumana a más de 400.000 personas judías. De todas ellas solo sobrevivieron 8000 y 2500 de esas personas las salvó Irena.

Primero los confinaban en ese barrio de la ciudad y después los llevaban en esos «Trenes de la Muerte» hacia los campos de exterminio.

  • Durante dos meses exactos, los trenes de la muerte se llevaron a más de seis mil personas cada día que eran brutalmente asesinadas.

Irena Sendler no podía entender cómo se trataba de forma tan cruel e inhumana a personas que no habían hecho nada malo

Como enfermera elaboró un plan para poder ingresar al Gueto

Los nazis tenían miedo a contagiarse de enfermedades como el tifus así que dejaron entrar a Irena y a su amiga enfermera a inspeccionar las condiciones sanitarias del lugar. Rápidamente consiguieron pases para otros colaboradores más.

Irena Sendler se unió a Zegota, agrupación clandestina de resistencia polaca que tenía como fin ayudar a los judíos. Ahí empezó a utilizar el sobrenombre de Jolanta.

La muerte en ese campo era inevitable, sólo era cuestión de tiempo, Así que Irena decidió que debía intentar salvar a los más pequeños del horror.

Sin embargo, al principio, su idea no fue bien recibida ni dentro ni fuera del gueto. Sus compañeros le decían que era una locura, que eso iba a llamar la atención de los nazis; y, por otra parte, las familias judías no aceptaban de ninguna manera desprenderse de sus pequeños. No podían comprender de qué manera podían estar más seguros, más protegidos que con ellos.

Era una decisión tremendamente dolorosa pero Irena quería intentarlo.

Así, empezó a visitar a familias judías ofreciéndoles la posibilidad de llevarse a sus hijos fuera del gueto por distintos métodos.

La decisión de confiar en Irena debía ser instantánea porque era la única forma de pensar que sus pequeños lograrían sobrevivir fuera. Los llevaría a casas de polacos católicos, a conventos, orfanatos y con nueva documentación para evitar la persecución nazi.

Y te estarás preguntando, ¿cómo consiguió hacerlo? Te cuento…

A los primeros niños, Irena los sacó con un método sencillo pero arriesgado: los subía a las ambulancias y los declaraba como gravemente enfermos de tifus. 

Esa modalidad mostraba limitaciones: por un lado, si siempre daban la misma excusa (y si los pacientes trasladados eran sólo niños), los soldados alemanes empezarían a sospechar. Por otra parte, los pequeños que subían a la ambulancia y que acababan de ser separados de sus padres, lloraban amargamente, cosa que los podía delatar.

La propia Irena explica que uno de los conductores de ambulancia que colaboraba con ella, le propuso llevar en la ambulancia a un perro al cual harían ladrar en el momento de pasar los controles para despistar los gritos de llanto de los pequeños. Pero no era suficiente…

Irena Sendler decidió arriesgarse más, no soportaba la injusticia y la crueldad y necesitaba salvar a más personas. Ella decía 👇👇👇

«Solo hice lo que había que hacer, pero debí salvar a más».

Irena Sendler

Irena Sendler empezó a sacar a niños del gueto en bolsas disimuladas entre mercancías, o en ataúdes. Los hacía caminar entre los obreros que por las mañanas salían en masa a trabajar; o los sacaba escondidos en bolsas de arpillera, entre cargamentos de patatas, entre la basura, bajo fardos de pasto o alfalfa, o bajo montañas de ropa robada a las víctimas, por las cloacas…

De los 2500 niños a los que Irina salvó de una muerte segura, destaca la historia de una bebé de tan solo 6 meses de edad: Elzbieta Ficowska, “La niña de la cuchara de plata.”

En aquel terrible año 1942, Elzbieta solamente era una bebé de pocos meses y para sacarla del gueto se le tuvo que administrar un narcótico para disimular así su llanto. Eso permitió colocarla en una caja con agujeros para que circulara el aire. Esta caja iba escondida en un cargamento de ladrillos.

La pequeña Elzbieta fue criada por una amiga polaca de Irena.

Los 5 siguientes meses después de la salvación, los papás de Elzbieta llamaban a la nueva casa de su pequeña para oír sus balbuceos pero, poco tiempo después, sus padres murieron en el gueto.

Una cuchara de plata con la fecha de su nacimiento y su apodo, Elzunia grabados, fue el pequeño objeto que mantuvo a Elzbieta unida a sus raíces, de ahí su sobrenombre.

En casi dos años, Irena Sendler creó y dirigió una red clandestina que consiguió salvar a 2500 niños y niñas judías

Un día de 1943, una vigilante de una lavandería que había sido descubierta por los alemanes delató bajo tortura a algunos componentes de esa red clandestina, entre ellos, a Irena.

La Gestapo detiene y acusa a Irena de haber sacado a personas judías del Gueto. Ella negó las acusaciones pero no sirvió de nada.

Durante dos meses la torturaron brutalmente, llegando a romperle los pies y las piernas pero ella no dio los nombres de los pequeños ni de las familias que los acogieron. No delató a nadie. Por todo ello, la condenaron a muerte.

El día de su ejecución, pasó un milagro… Gracias a los sobornos de funcionarios públicos, Irena pudo fugarse y escapar a ese destino trágico. Al día siguiente, su nombre aparecía en la lista de los polacos ejecutados.

Irena Sendler estuvo muchos años pegada a un andador y a su silla de ruedas, debido a las lesiones que arrastraba tras las torturas sufridas por la Gestapo.

Irena era militante socialista, era opositora al régimen polaco y deseaba que las libertades individuales regresaran a Polonia. Por todo ello fue hostigada por la policía secreta polaca. Lo que había pasado con los judíos polacos estaba prohibido comentarlo.

Esa presión la obligó a dar a luz de forma prematura a uno de sus hijos que falleció 2 semanas después de su muerte. Por suerte, tuvo otros 2 hijos.

En 1945, una vez terminada la guerra, Irena desenterró las listas con los nombres de los niños. Y es que ella también tenía su propia lista, como Schindler, pero de la de ella no se habló durante mucho tiempo.

Irena Sendler documentó los nombres originales de los niños y las nuevas identidades en forma codificada. También ocultó los registros dentro de frascos que enterró en el jardín de una amiga por si ella fallecía.

Ella siempre quiso que los niños a los que salvó no perdieran nunca sus orígenes y su verdadera identidad

En 1965 se la reconoció en Israel con el título de “Justa entre las Naciones”, pero poco más…

Se hablaba de otras personas valientes que habían salvado la vida de judíos como Raoul Wallenberg o Oskar Schindler, incluso en 1993 se hizo una película sobre él (La lista de Schindler) pero sobre Irina Sendler…nada.

Hasta llegar a 1999, año en el que fue descubierta por un grupo de estudiantes de Kansas que realizaban un estudio sobre el Holocausto judio. Las jóvenes leyeron su historia publicada en un viejo diario, les fascinó y decidieron contarla. ¿Cómo?

Pues a través de una obra de teatro: (Life in a Jar, La vida en un frasco) que aludía a la forma en que se escondió la lista de los niños salvados del gueto de Varsovia 👇👇👇

Esta obra se representó finalmente en Polonia, donde rescató del olvido a una de las personas que más hicieron por mantener la vida y la esperanza en los momentos del horror y la desesperación.

Tras décadas de vida anónima, cuando su fotografía fue publicada en los periódicos, fueron muchos los hombres y mujeres que reconocieron en aquella mujer a Jolanta, la enfermera que salvó sus vidas durante la ocupación nazi de Polonia.

Muchos se acercaron a ella para agradecerle que les salvara la vida.

“Mi padre me enseñó que cuando alguien se está ahogando no se le pregunta si sabe nadar, simplemente se salta y se le ayuda”.

Irena Sendler, el Ángel de Varsovia

En 2003 recibió la más alta condecoración polaca: Dama de la Orden del Águila Blanca.

Cuando en 2007, un año antes de su muerte, le dijeron que la habían nominado al Nobel de la Paz, sonrió con incredulidad y dijo que no sabía para qué iba a servir eso porque ella no se consideraba una heroína.

Falleció el 12 de mayo de 2008, curiosamente el “Día Internacional de la Enfermería” que se celebra en honor a Florence Nightingale a quien dedicamos uno de nuestros Podcast  lila.

Irena Sendler, nuestro ángel, tenía 98 años.

Otra mujer valiente silenciada durante mucho tiempo a la que hemos dedicado hoy nuestro Vídeo Podcast Lila.

ACTUALIDAD SOBRE IRENA SENDLER

Durante 2009 se le otorgaron varios premios póstumos, el Humanitario del Año de The Sister Rose Thering Endowment y el Premio Humanitario Audrey Hepburn.

La vida de esta heroína fue llevada a la pequeña pantalla por la CBS, en The Courageous Heart of Irena Sendler, interpretada por Anna Paquin.

Una de esas películas se estrenará a lo largo del 2023 con la interpretación de la actriz israelí Gal Gadot como Irena Sendler (estaremos atentas)

Libro: La madre de los niños del Holocausto, Anna Miesxkowska