MARGARET MEAD: PODCAST LILA 87

«El rol de género es una cuestión cultural y no biológica.

Margaret Mead, en 1935, introdujo esta idea revolucionaria que cambió la comprensión del mundo.

Destruyó los mitos de los papeles atribuidos a cada sexo en la sociedad; por ejemplo, el papel pasivo atribuido a las mujeres y el papel agresivo atribuido a los hombres.»

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¿Sabías qué Margaret Mead fue una antropóloga y activista social norteamericana?

Pues así es…

Margaret Mead fue pionera en describir el concepto de género y logró hacerse un lugar en el mundo intelectual norteamericano gracias a sus enormes aportes culturales. De ahí que se la considere como la madre de la antropología cultural.

Ella postuló la idea de que el rol de género (hombre/mujer) era fruto de la educación y la cultura, no de la biología como se creía en su tiempo. Fue una pionera al mostrar esa comprensión del mundo.

Eso lo mostró en sus estudios sobre las normas sociales que rigen la sexualidad, la infancia y la adolescencia en las distintas culturas destruyendo así los mitos en torno a los papeles de cada sexo en la sociedad.

Recordemos que Margaret nació en un momento de la historia (principios del S.XX) en que todavía se consideraba que las diferencias entre hombres y mujeres eran debidas a sus diferencias biológicas innatas.

Se creía que el hombre era productivo y la mujer expresiva, el hombre agresivo y guerrero y la mujer apacible y cuidadora.

Los estudios de Margaret Mead derrumbaron ‘verdades absolutas’ de su época y, como consecuencia, tuvo que enfrentarse a críticas y polémicas.

La teoría del género que aportó Margaret Mead fue introducida en la psicología y la sexología de los años 50 (del S.XX).

Margaret Mead ha sido la mujer más influyente y revolucionaria en el mundo de la antropología

Margaret Mead

Famosa por su trabajo y por su resistencia a la injusticia, protestó contra las bombas nucleares, contra la disgregación racial y contra la desigualdad de género.

Una vez más, al hablar de una mujer y su evolución personal y profesional hablamos de la representación del progresivo camino del empoderamiento femenino.

Pero, hagamos un poco de historia….

Margaret Mead nació en Filadelfia (Estados Unidos) en 1901, en el seno de una familia de clase alta y de gran cultura, que apreciaba la actividad intelectual y que estaba convencida de los beneficios de la educación. Era la mayor de 4 hermanos.

A Margaret la definían como una niña curiosa y muy observadora; siempre tenía a mano una libreta en la que iba anotando sus apreciaciones.

Su padre era profesor de economía en la Universidad de Pennsylvania, y su madre era profesional de la sociología que llevaba a cabo estudios etnográficos. Además, la madre de Margaret era también una activista que luchaba por los derechos de los inmigrantes.

La figura materna ejerció una fuerte influencia en Margaret pero quien más la influenció e inspiró fue su abuela paterna. A ella la reconocía como una mujer fuerte, decidida y empoderada.

Margaret Mead fue heredera de mujeres fuertes y eso la marcó y encaminó.

Por aquel entonces, no era común que las familias pusieran mucho interés en la educación de las niñas pero la familia de Margaret escapaba de esta norma; por eso, entró a estudiar en el Barnard College, una institución femenina que dependía de la Universidad de Columbia.

Desde 1921 realizó estudios de psicología y pedagogía, lo que le motivó a estudiar el desarrollo infantil.

También estudió antropología en la Universidad Columbia de Nueva York, donde al final de su carrera, en 1929, fue contratada como profesora asociada.

En Columbia estudió con Franz Boas y Ruth Benedict, dos grandes maestros de la antropología de inicios del S.XX que marcarían a Margaret y que se convertirían en grandes amigos.

Siguiendo el ejemplo de su mentora Ruth Benedict, con quien mantuvo una relación, Margaret Mead se convirtió en la primera antropóloga en estudiar la educación y la crianza de niños en las distintas culturas.

«A los niños se les debe enseñar cómo pensar, no qué pensar.»

Margaret Mead

A partir de Margaret Mead se despertó el interés en el estudio de la infancia y de la mujer dentro de la disciplina antropológica.

Os recomiendo aquí nuestro Vídeo Lila sobre otra pionera, la primatóloga Jeanne Altmann a quien rendimos homenaje con Las primates silenciadas.

Animada por estos dos maestros, decidió dedicarse al trabajo de campo y viajar a la Polinesia. Estuvo en Samoa en 1925 y después en las Islas del Almirantazgo (en Papúa, Nueva Guinea) entre 1928 y 1929.

En el primer viaje se centró en el estudio de las chicas adolescentes.

En el segundo viaje investigó sobre las historias, cuentos y relatos utilizados por adultos para la educación y socialización de los niños.

Margaret Mead observó que los roles de género eran muy diferentes entre las distintas sociedades, con lo cual llegó a la conclusión de que estos roles dependen mucho más de la cultura que de la biología.

La cultura moldea el comportamiento humano. De ahí una de sus frases más famosas: “La naturaleza humana es maleable”.

De esos primeros largos viajes nació su obra Adolescencia, sexo y cultura en Samoa, publicada en 1928 con un prólogo del antropólogo Franz Boas y que provocó todo tipo de reacciones. Esta obra pronto se convirtió en un best seller, traducido a varios idiomas.

Margaret Mead en la Polinesia

Algo así le sucedió a Aurora Bertrana- otra de nuestras protagonistas (podcast lila 56)- coetánea de Margaret Mead, quien también viajó a Oceanía. También describió todo lo que allí vio en su libro Paraísos oceánicos, una revolución en la literatura de viajes.

En sus idas y venidas, desde 1926, empezó a trabajar en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York.  Primero fue asistente de dirección y después directora de etnología (ciencia social que estudia y compara los diferentes pueblos y culturas del mundo antiguo y actual, una disciplina de la antropología).

Ya en 1935, después de su segundo viaje por Nueva Guinea, introdujo el concepto de género en el ámbito cultural.

Margaret Mead introdujo la idea revolucionaria de que, por ser la especie humana enormemente maleable, los papeles y las conductas sexuales varían según los contextos socioculturales.

Margaret Mead había visitado culturas muy distintas a las occidentales y comprobó que no todas las sociedades adjudicaban un papel pasivo y sensitivo a las mujeres, y un papel activo y mental a los hombres.

Se encontró con sociedades en las que los hombres tenían un rol similar al que se consideraba femenino en la cultura occidental. Otras en las que no había una división tan tajante entre ambos géneros y otras similares a las occidentales. O bien tribus en donde las mujeres dominaban sin causar eso ningún problema.

Margaret Mead enfatizó siempre la gran posibilidad de aprendizaje que se podía obtener a través del estudio de otras sociedades. Definía la diversidad cultural como un recurso, y nunca como un inconveniente.

Todo esto quedó plasmado en otro gran libro: Sexo y temperamento en tres sociedades primitivas.

La obra, aunque está considerada un clásico, no estuvo exenta de controversias y críticas. Se trata de uno de los pilares fundamentales de los estudios de género, piedra angular del movimiento de liberación femenina. Es allí donde introduce y prueba la idea de que es la cultura y no la biología la encargada de imponer los roles de género.

Margaret Mead consideraba que había que disminuir la rigidez de los roles de género y las diferencias que estos comportan para que ambos sexos pudiesen desarrollarse plenamente.

La contribución de nuestra protagonista de hoy en el camino de la igualdad es innegable y otra mujer imprescindible, coetánea de Margaret Mead es Simone de Beauvoir, podcast lila 83.

Justo antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, en 1944, tuvo que suspender su investigación el Pacífico Sur y en EEUU funda, junto con Ruth Benedict, el Institute for Intercultural Studies.

Margaret Mead trabajó como profesora de antropología en las mejores universidades norteamericanas y fundó el departamento de antropología en la Universidad de Fordham.

Llegó a ser la presidenta de la Asociación Americana de Antropología.

Y todo eso sin olvidar que Margaret estuvo casada tres veces y tuvo 1 hija, también antropóloga.

¡Ya veis que nuestra protagonista fue una mujer imparable!

Una mujer de fuerte personalidad y clara defensora de la superación personal y la confianza en el ser humano para cambiar las cosas. De ahí su frase:

“No dudemos jamás de la capacidad de tan sólo un grupo de ciudadanos insistentes y comprometidos para cambiar el mundo”.
Margarte Mead

Desde 1955 hasta el final de sus días, en 1978, convivió con la también antropóloga Rhoda Métraux. Con ella escribiría Aspectos del presente 👇

Margaret Mead murió en N.Y. con 76 años dejando un voluminoso legado de libros, escritos y trabajos que corresponden a una prolífica autora, así como a una admirable personalidad.

Cuando murió, su trabajo había sido admirado, criticado, repudiado y reivindicado varias veces. Suscitaba controversia.

Aún hoy en día sus estudios sirven para seguir poniendo en marcha acciones hacia la igualdad.

Margaret Mead, una mujer que logró acercar al mundo hacia una sociedad que sigue caminando hacia la igualdad.

“Recuerda siempre que eres único, exactamente igual que los demás”.

-Margaret Mead-

ACTUALIDAD SOBRE MARGARET MEAD

En primer lugar, por su extensa y reveladora obra en la antropología cultural.

Premio Unesco Kalinga, otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Medalla Presidencial de la Libertad (que es la concesión civil más alta en EEUU) que le entregó el presidente Jimmy Carter.